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La guerra criminal y el combate por la Causa de Allah


Prólogo

Todo mal en el Islam es concebido como extralimitación, trasgresión o violación. El mal no proviene realmente de Allah, y por lo tanto es originado sólo por el hombre, con los medios que Allah le proveyó para su bien (vista, oído, fuerza física, voluntad libre, inteligencia, etc.). Los peores males son las guerras de conquista, que aniquilan las almas y los bienes, lo cual es condenado por el Sagrado Corán: Dijo ella [la reina de Saba]: "Por cierto que cuando los monarcas entran en una ciudad la corrompen y convierten a sus poderosos en los más humillados, ¡así es cómo proceden! (27:34). Las peores guerras son las que se desataron en Europa en el siglo 20, y las peores armas, las actuales, que amenazan con destruir el planeta, creadas por la inteligencia humana con que Allah dotó al hombre para su bien, no para su mal.

Aunque las guerras del imperialismo occidental contra los pueblos desposeídos de América, Asia y África, tienen peores aspectos aun que las que los opresores tuvieron entre sí, pues se basaron en la discriminación racial, en la falsa superioridad cultural, y en la usurpación violenta de las riquezas de los oprimidos, con la adición que se prueban en ellas las últimas y más letales armas de destrucción masiva. Este tipo de guerras las sufren los pueblos musulmanes hasta el presente, más que el resto del mundo, con una intensidad desaforada por parte de sus enemigos, con las armas más completas para matar que el hombre haya conocido en la historia, como si matar al ser humano fuera un entretenimiento de video-juegos.

En el siglo veinte la ciencia se puso al servicio de la destrucción, y se fueron refinando los sistemas de espionaje, de eliminación de las personas, de dominio psicológico, de difusión de informaciones al servicio de los poderes dominantes, la constitución de falsas organizaciones montadas para registrar y eliminar a los que obstaculizan esos poderes. Y han ido creciendo en poder los grupos opresores, extendiendo y fortaleciendo cada vez más y más el predominio de Satanás el maldito, hasta culminar en los grandes sistemas imperialistas y de la usura internacional, que intenta, por medio del sometimiento económico, dominar a todos los pueblos con lo que hoy se llama "globalización".

Frecuentemente en la historia ha existido una potencia agresora, que a través de las armas quiso imponerse sobre los pueblos desposeídos. En este momento son los Estados Unidos, una sucursal de Israel, que va montando todo un sistema de dominio para la destrucción de la humanidad, por medio de la producción de armas, la falsa ideología, el dominio psicológico de los pueblos, y el yugo de la usura internacional.

Por eso, siendo el Islam la doctrina final para el Fin de los Tiempos, el Sagrado Corán remarca el combate por la Causa de Allah, pues en esta parte de la historia se agudizarían los conflictos bélicos, y la perniciosidad de las armas, culminando en el siglo veinte con un poder atroz capaz de eliminar toda vida sobre la tierra. Y como Allah prevé la maldad de Sus siervos y la extensa corrupción de los malignos, en el Sagrado Corán encontramos entonces algunos temas bien esclarecidos para la humanidad, ya que es un mensaje para toda ella, sin exclusiones de ningún tipo: Y sin duda que hemos expuesto para la humanidad en este Sagrado Corán todo ejemplo (17:89).

La demora en la orden de combatir por la Causa de Allah. Los enemigos del Islam

Los versículos sobre el combate por la Causa de Allah fueron revelados después de la emigración del Profeta (BPDyC) de Meca a Medina, donde organizó la primera comunidad islámica con gobierno propio. Es lógico, entonces, que le fuera ordenado luchar para la defensa, como en toda sociedad política organizada, pues de lo contrario ella podría ser eliminada. Pero transcurrieron casi dos años después de la emigración a Medina antes que se ordenara el combate. En Meca el Profeta (BPDyC) había soportado una hostilidad continua durante la mayor parte de sus trece años allí, enfrentando a sus enemigos sólo con la palabra, mientras que lo sometían a la agresión física, al aislamiento, al insulto y la burla, a la pérdida de sus bienes, a la persecución, la tortura y el asesinato de sus seguidores. Tampoco en Medina le estuvo permitido, en los primeros dos años, ni aun defender a los familiares de los emigrados, perseguidos en Meca como represalia, ni impedir que se despojara de sus bienes a los emigrados, tanto como a sus allegados.

El hecho que la orden de combatir por la Causa de Allah fuera revelada catorce años después del inicio de la misión del Profeta (BPDyC) no significa que antes los musulmanes no pudieran defenderse si eran atacados, pues este es un derecho universal que compete a todos los seres. Existieron en Meca episodios aislados de defensa contra la agresión a los musulmanes, como los protagonizados por Hamza, el tío del Profeta (BPDyC), y otros. Pero estos episodios no constituyeron verdaderos combates, sino choques esporádicos entre particulares. Tampoco el retardo de la orden de combatir por la Causa de Allah significó que el Profeta (BPDyC) no respondiera por cobardía, pues él como todo Profeta estaba exento de todo vicio, era puro y fiel, sabio y valiente, con él sean las más excelsas Bendición y Paz y con su Descendencia purificada. Ni tampoco que él tolerara la injusticia, lo cual resulta repugnante siquiera pensarlo. Entonces, ¿por qué soportó la persecución durante tanto tiempo? Dice el Sagrado Corán: ¿O es que presumíais penetrar al Jardín sin que aún os sucediera el trance de los [creyentes] que os precedieron anteriormente? Los sacudió la aflicción y la desgracia, y fueron zamarreados hasta que el Mensajero [que habían recibido] y los que creyeron gracias a él exclamaron: "¿Dónde está la Victoria [el Auxilio] de Allah?" [Responde Profeta:] "¡Que va! ¡La Victoria de Allah está cercana!" (2:214).

El Profeta Muhámmad (BPDyC) recibió la orden de combatir por la Causa de Allah como la recibieron otros Profetas, en especial Moisés (P). Dice el Antiguo Testamento: "Y me dijo Jehová: Levántate, anda, para que marches delante del pueblo..." (Deut. 10:11), es decir para luchar contra otros. Y dice: "No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible... echará a estas naciones [las de esa época]... las entregará delante de ti, y él las quebrantará con gran destrozo, hasta que sean destruidas" (Deut. 7:21-23). También combatieron Abraham (P), Jacob, David y Salomón (P), y entre las profecías del llamado Apocalipsis ("revelaciones"), atribuido a cierto Juan, está la de la batalla de Armagedón o Harmagedón (Ap, 16:16), en la que Satanás será finalmente derrotado, según es tradición cristiana.

Por otra parte, en los primeros tiempos de Medina los enemigos del Islam superaban a los musulmanes en armas y número, y hasta la batalla del Foso (627 d.C.), cinco años después de la Emigración, los idólatras no empezarían a declinar. Por el contrario, en esa batalla habían alcanzado el mayor poderío posible, y reunido a diez mil hombres contra Medina.

La primera batalla del Islam contra sus agresores idólatras, al cabo de más de catorce años de prédica pacífica por parte del Profeta (BPDyC), tuvo lugar el 27 de Ramadán del segundo año de la Hégira (624 d.C.), y fue el combate de Badr. Hubo expediciones anteriores a esa fecha enviadas por el Profeta (BPDyC), pero ellas nunca tuvieron fines ofensivos, ni entraron en combate, sólo tuvieron por objeto presionar al enemigo, haciéndole inseguro el camino de sus caravanas comerciales hacia Siria. Y si lograban capturar algún botín se lo consideraba como resarcimiento por las usurpaciones de Meca, lo que nunca sucedió. Además, esas expediciones tenían por fin demostrar la presencia del Islam a las tribus vecinas de Medina, para forzarlas a concluir alianzas con el Profeta (BPDyC), útiles para la subsistencia política del Islam. Es que ni los ansár (defensores del Profeta en Medina), ni los muháyirún (emigrados de Meca), habían pactado concretamente combatir contra los enemigos del Islam, sino sólo defender la vida el Profeta (BPDyC), y éste nunca tomaría una iniciativa que no contara ni con la orden divina, ni con el compromiso de ambos grupos de sus seguidores.

Otros enemigos del Profeta (BPDyC), a sus espaldas, eran los judíos, una gran minoría en Medina, que complotaba contra el Islam desde poco tiempo después de la llegada de los musulmanes. Fueron peores aún que los idólatras, por su posición interna en Medina y su poder económico, y aparte de enemigos de hecho, eran calumniadores avalados por una falsa autoridad intelectual, que forjaban argumentos falaces contra la Revelación y el Profeta (BPDyC). Fueron traidores al pacto con el Profeta (BPDyC), que como gobernante de Medina había asegurado a los judíos todas las libertades.[1]

Uno de los principales motivos de la enemistad judía contra el Profeta (BPDyC) fue que éste comenzó a aplicar la equidad en los tratos comerciales, ordenando no oprimir al extraño, ni oprimirse ellos entre sí, lo cual sublevó a los judíos. Entonces éstos se aliaron en secreto con los idólatras, y en la batalla del Foso, que marca el comienzo de la derrota final de los enemigos del Islam, los judíos participaron activamente, preparándose a atacar por la retaguardia, lo cual agravaba su traición.

Por último, la autorización de combatir del Sagrado Corán no se debe entender exclusivamente para la defensa, pues esto último es universal y natural, y parte de las leyes de la Creación, sino que debe entenderse como poder atacar cuando ello sea necesario, en defensa de las minorías perseguidas, como sucedió con las minorías cristianas de Siria y Egipto, y con los judíos de España, según opinan algunos.

 

El combate por la Causa de Allah

Suelen en occidente endilgar al Islam la "guerra santa". Este concepto nació cuando los occidentales emprendieron las cruzadas a las que llamaron así. En cambio el Sagrado Corán menciona la lucha por la "Causa de Allah", y dispone para ella determinadas normas que fueron las primeras en la historia humana que trataron de contener y "humanizar", si es posible decir esto, el hecho tan lamentable de la guerra. El Islam es una integridad, es la vida humana en su totalidad, de este modo determina reglas, normas para que la lucha armada se justifique solamente como búsqueda de la paz y de la justicia. Allah impuso la lucha entre los hombres como prueba, y que alcancen la verdadera justicia y la paz por su propio esfuerzo.

La Causa de Allah es muy amplia, debido a que el anhelo de justicia impregna toda la vida social. No se restringe a luchar en combate, sino que este es una de sus coyunturas posibles, la más indeseable y forzosa, el último recurso, sólo justificable por la Causa de Allah, y en la que se deben preservar las vidas y los bienes de los que no combaten. Debido a su amplitud explicó el Profeta (BPDyC) que trabajar para mantener a su familia o sus padres ancianos es por la Causa de Allah, es decir, es concretar la justicia para sí y para los que de nosotros dependen, así como también lo es todo acto de caridad. La Causa de Allah es antes que nada mantener a los indigentes que no pueden subvenir a sus propias necesidades, a los huérfanos, educar, difundir la verdad, defender a los débiles y desposeídos, enseñar el Sagrado Corán, construir mezquitas, etc. Por el contrario, el objetivo de la guerra impía es corromper y destruir en la tierra. Pero tiene sus antecedentes en una forma de vida que se funda en la violencia y en la injusticia con los propios, antes de ser injusticia y violencia contra los ajenos, es decir, la guerra entre países.

Son los inicuos de cada país los promotores de las guerras, y no otros, pero se escudan detrás de grandes discursos en los que exponen grandes ideales y engañan a las masas. Dice el Sagrado Corán al respecto: Y entre las gentes hay quien su discurso sobre la vida del mundo te maravilla, y que pone por testigo a Allah de lo que hay en su corazón, siendo por el contrario un contradictor empedernido. Y cuando se aparta [de ti Profeta, o asume un poder], la emprende en la tierra corrompiendo en ella, y destruyendo los sembrados y el ganado. ¡Pero Allah no ama la corrupción! Y cuando se le dice: "¡Teme a Allah!", lo domina la soberbia por [obstinarse en] el mal. ¡Entonces, sólo le cabe el Ardentísimo y realmente que pésimo aposento! (2:204-206). Corrompiendo en ella (2:205), alude a la injusticia del juez o del gobernante, y al hecho de mentir y estafar el comerciante. Destruyendo los sembrados y el ganado por la violencia, la guerra, que Allah llama corrupción: ¡Pero Allah no ama la corrupción! Los sembrados se refieren a la fe, la religión, el modo de vida ejemplificado por los Profetas (P); y ganado son los hombres, que se alimentan espiritualmente de la fe y de la vida buena enseñada por los Profetas (P). Una vez destruido el modo de vida enseñado por los Profetas (P) le siguen necesariamente la injusticia y la violencia de la guerra.

Debemos vincular necesariamente la violencia interna de los países, como las rebeliones, las matanzas, las usurpaciones, los asesinatos políticos, la persecución de los opositores, el encarcelamiento de los activistas, la tortura, la expatriación, los secuestros políticos, el terrorismo de estado y el terrorismo de las organizaciones extremas, etc., con las guerras externas, porque la injusticia de cada país sirve de justificación para que sus líderes de la maldad cometan el crimen de la guerra, una vez cometidos tantos crímenes internos. Y en esto la injusticia de los que gobiernan como la violencia de los que reaccionan son solidarias. Excepto que sea por la Causa de Allah, es decir la lucha contra el tirano, solamente cuando agrede de hecho al pueblo o desea abolir la fe del Islam, y la defensa contra el agresor externo.

Otro aspecto de la lucha por la Causa de Allah en su amplitud es el espiritual. (Ver al respecto nuestro artículo "el gran combate" en esta misma página).

 

La actual enemistad contra el Islam

Se suele argumentar falsamente que el Islam impuso el combate como técnica de expansión, pero a través de la historia tenemos suficientes testimonios de que normalmente fue agredido, especialmente a partir de las cruzadas y hasta el siglo veinte, cuando la agresión culmina con el imperialismo y con la creación del estado de Israel como representante de los intereses judeo-occidentales para el dominio de las fuentes de petróleo del Medio Oriente. Por el contrario, el surgimiento del Islam se caracterizó por imponer la paz y la justicia en un momento de la historia plagado de violencias e injusticias. Ello no significa que no existieran malos gobernantes musulmanes que no hicieron caso más que a sus propios intereses egoístas. Pero las acciones de estos mismos gobernantes fueron abiertamente contrarias al Islam.

La enemistad occidental contra el Islam se remonta, entonces, al menos a las cruzadas. Pero occidente, a pesar de sus pésimos antecedentes, acusa al Islam de agresor, violento, quizás por no querer dejarse oprimir pacíficamente, regalando flores a sus agresores. Aunque no es posible oprimir a un pueblo que se defiende, como no es posible dominar a un pueblo simplemente por la violencia y ocupar su territorio, como hace Israel. Este es una entidad creada sólo para detener la expansión del Islam, y dominar las fuentes de riqueza de los principales países islámicos. Y de esta agresión nacen las otras, la de Afganistán, de Bosnia, de Chechenia, la del Golfo, la de Irak, y cuantas más las sigan, y aún en cualquier lugar, dentro y fuera del mundo islámico, donde haya algún vestigio de oposición al mal. Esto responde a los planes del falso mesías, el que dominará el mundo desde Jerusalén, lo que confiere lógica a que Israel sea la cabeza del mal.

Hoy por hoy presenciamos la máxima violencia contra el Islam, el que se ha convertido, según sus detractores políticos y mediáticos, en el enemigo público número uno, el terrorista de la humanidad. Cuando el sionismo internacional, que domina la política de los Estados Unidos, habla de "terrorismo" se refiere al Islam, sin mencionarlo directamente. La doctrina maligna del estado de Israel es identificar al Islam con el terrorismo en la mente de la gente, mediante una campaña de la prensa internacional que ellos manejan, porque sabe que el Islam constituye la única fuerza que puede poner límites a su imperio de la usura, como en la Medina del Profeta (BPDyC).

Una tradición del Profeta (BPDyC) provechosa

Narró un discípulo del Mensajero de Allah (BPDyC): "Cierta vez disertó para nosotros el Mensajero de Allah (BPDyC), y la mayor parte de su discurso se refirió a lo que nos contó sobre el falso mesías (al-Dayyal), advirtiéndonos en contra de él. Entre lo que nos dijo expresó: 'No habrá una discordia y seducción más grande, desde que Allah instauró a la descendencia de Adán (P), que la prueba del falso mesías. Y Allah nunca mandó a ningún Profeta que no haya advertido a su comunidad contra el falso mesías, siendo yo el último de los Profetas, y vosotros la última comunidad. El aparecerá entre vosotros, ineludiblemente. Si aparece y yo estoy entre vosotros, seré el defensor de todo musulmán. Pero si surge después de mí, que cada cual sea el defensor de sí mismo, siendo Allah mi heredero sobre todo musulmán. [Al-Dayyal] surgirá de una brecha (o abertura) entre Siria e Irak, y destruirá a derecha e izquierda. ¡Siervos de Allah, gente, sed firmes! Yo os daré una descripción de él que ningún otro Profeta anterior ha hecho: Inicialmente dirá: '¡Soy un profeta!', pero no habrá Profeta después de mí [de Muhammad (BPDyC) ]. Luego continuará y dirá: '¡Soy vuestro señor!', pero vosotros [creyentes] no veréis nunca a vuestro Señor [a Su Luz] hasta que muráis. El [falso mesías] es tuerto, pero vuestro Señor, Poderoso y Majestuoso, no es tuerto. Tendrá inscripta entre sus dos ojos 'kafir' (impío), que podrá leer todo creyente, sea o no alfabeto. Entre sus seducciones está que tendrá un paraíso y un infierno, pero su infierno será paraíso, y su paraíso infierno. El que sea probado con su fuego que pida el auxilio de Allah, y que recite la primera parte [de la sura] de la caverna [18 del Sagrado Corán] que será para él frescor y salvación, como el fuego lo fue para Abraham (P). Entre sus seducciones está que dirá a un beduino: '¿Si observaras que hago revivir para ti a tu madre y a tu padre, declararás que soy tu señor?'. Responderá: 'Si'. Entonces un satanás se le representará en las figuras de su padre y de su madre, que exclamarán: '¡Hijo mío!, síguelo porque es tu señor'. Y entre sus seducciones es que se apodere de un ser y lo rebane con una sierra hasta convertirlo en dos pedazos. Luego dirá: '¡Mira a este siervo mío, que yo lo resucitaré ahora, pero él pretenderá tener otro señor que yo!'. Y Allah lo hará revivir, y entonces el perverso le preguntará: '¿Quién es tu señor?' Responderá: 'Mi Señor es Allah y tú eres al-Dayyal, el enemigo de Allah: ¡Por Allah!, ¡nunca me percaté tanto de ti [de tu maldad] como hoy!' Y entre sus seducciones está que ordenará al cielo llover y lloverá, y ordenará a la tierra brotar y germinará. Y entre sus ilusiones está que recorrerá una región donde lo desmentirán, y allí no perdurará sin morir un solo ganado,... y recorrerá otra región que lo confirmará, y él [en recompensa] ordenará al cielo llover, y lloverá, y a la tierra germinar y brotará, hasta que el rebaño de allí, ese día, será más gordo de lo que era, y más corpulento, de flancos más anchos y ubres fluidas en abundancia. No habrá entonces ningún lugar de la tierra que él no holle, excepto Meca y Medina, donde no podrá incursionar nadie sin que lo enfrenten los ángeles con espadas desenvainadas. Entonces se ubicará en el cerro colorado [cerca de Medina], en el cabo del estero, y Medina temblará tres veces con sus habitantes, y no quedará allí hipócrita alguno, varón o mujer, que no se le una [a al-Dayyal]. Y la maldad será eliminada de ella [de Medina] como el crisol elimina la escoria del hierro, y ese día será llamado el 'Día de la Purificación'". Entonces Ummu Sharik bint Abi Al-`Akr le preguntó: "Mensajero de Allah, en ese entonces ¿qué será de los árabes?". Respondió: "Serán pocos y la mayoría de ellos estará en Jerusalén". Más adelante agrega la tradición, después de mencionar la aparición de Jesús (P): "Y cuando al-Dayyal mire hacia Jesús (P) se derretirá como la sal en el agua, y partirá huyendo. Entonces dirá Jesús (P): 'Tengo para ti un golpe del cual no podrás escapar', y lo alcanzará luego en la puerta de Ludda, hacia el oriente, y lo matará. Entonces Allah hará huir a los judíos, y no habrá nada de lo creado por Allah Exaltado donde un judío se oculte, sea una piedra, o un árbol, o un muro, o un animal, excepto [el árbol llamado] al-garqadah, porque es un árbol de ellos, sin que cada cosa exclame: '¡Siervo de Allah, musulmán!, ¡he aquí un judío, ven a matarlo!'". Dijo el Mensajero de Allah (BPDyC): "Por cierto que el lapso de al-Dayyal será de cuarenta años [otros hadices dicen cuarenta días, o cuarenta meses, y otros cuatro años], un año como la mitad de un año, y otro año como un mes, y otro año como una semana, y el último de ellos, sus días serán como chispas, en el que alguno de vosotros estará por la mañana en la puerta de Medina y no podrá traspasar su otra puerta hasta anochecer [por la rapidez del tiempo]'. Se le preguntó: '¿Cómo rezaremos Profeta de Allah en aquellos tiempos tan exiguos?'. Respondió: 'Podréis hacer la oración como la hacéis en estos días largos, y rezaréis'. Dijo el Mensajero de Allah: 'Jesús el hijo de María, con él sea la Paz, será un juez equitativo de mi comunidad, y conductor (imam) justo. Destrozará el crucifijo, eliminará los cerdos, abrogará la capitación, y será abandonada [en su época] la caridad [debido a la abundancia de riquezas]. El no montará sobre asno ni camello, y [en su época] serán eliminados el rencor y el odio, y quitadas la agresión y la violencia de todo virulento, hasta el punto de que el pequeño pondrá su mano entre las víboras, y esto no lo dañará, y la pequeña correrá a los leones, y ellos no la perjudicarán, y el lobo estará entre el ganado como si fuera un perro que lo cuida. Y la tierra será llena de paz, como la vasija se llena de agua. Y en ese tiempo todos coincidirán en la adoración únicamente de Allah, y cesará la guerra y su iniquidad y crimen, y se quitará la autoridad a Quraish [quizás se refiera a la custodia de la Ka`bah], y la tierra tendrá una luz como de plata, y su vegetación germinará como en la época de Adán (P), hasta el punto de que un grupo se reunirá para comer un racimo de uva, y con ello se satisfarán, y otro grupo de gente se reunirá para comer una sola granada, y eso los satisfará'... Se le preguntó: '¿Mensajero de Allah, qué hará que las yeguas sean entonces baratas?' [él ya había expresado eso] Respondió: 'Porque no serán montadas para ninguna guerra'. [Y explicó luego:] '...Antes de la aparición del falso mesías habrá tres años de sequía, y la humanidad pasará en ellos una gran hambruna. Entonces Allah ordenará al cielo, en el primero de esos años, que se cierre, y se suspenderá el tercio de su lluvia; y ordenará a la tierra que no brote (no germine), y cesará el tercio de su vegetación. Luego en el segundo año, Allah ordenará al cielo que se cierre, y cesarán los dos tercios de su lluvia; y ordenará a la tierra que no germine, y no brotarán los dos tercios de su vegetación. Luego Allah, Poderoso y Majestuoso, ordenará al cielo, en el tercer año, que se cierre, y no lloverá del todo, ni una sola gota; y ordenará a la tierra que no haga brotar su vegetación, y cesará toda vegetación y verde. Entonces no quedará ningún animal de pezuña partida [que consumen los musulmanes, como el cordero y la vaca] sin que muera, excepto lo que Allah quiera'. Se le preguntó (BPDyC): '¿De qué vivirá la gente en esa época?'. Respondió: 'De decir La Ilaha illa Allah (no hay Divino más que Allah), decir Allahu Ákbar (Allah es el más Grande), decir Subhana Allah (glorificado sea Allah), y decir al-Hámdu lil-Lah (la Alabanza y la gratitud sean con Allah), y esto será para ellos como la comida'" (MIK, I, pp. 459-461).[2]

 

Fin

 

Prohibida su reproducción total o parcial sin citar las fuentes: "Centro de Altos Estudios Islámicos" www.senderoislam.net

 

Notas


[1] Ver al respecto "la constitución de Medina" pubicada en esta pagina de Sendero del Islam.

[2] La sigla "MIK" representa el título de la obra Mujtasar Ibn Kasír, Resumen de la exégesis de Ibn Kazír, una fuente sunnita distribuida por la Liga del Mundo Islámico.

 

En Sección Articulos

La Unidad y la dualidad