La Sociedad Política en el Islam
Prólogo
La estructura política de la sociedad islámica es, por diversas causas, poco conocida en occidente. Entre las causas principales está la enemistad de occidente hacia el Islam, por la cual oculta o deforma todo lo que a él se refiere. Pero el Islam ha tenido un gran papel en la historia y está visto que va a seguir teniéndolo, sin duda. No es un proyecto político más, en pie de igualdad con el capitalismo, o con el nazismo, o con el marxismo, o con el socialismo, sino que es más profundo y más antiguo que éstos. Tampoco las bases de la teoría política islámica son similares a las de las ideologías occidentales mencionadas, pues dichas ideologías nacen del humanismo, del racionalismo, y del materialismo, concepciones que surgieron y predominaron en occidente desde el Renacimiento hasta la actualidad. El Islam nunca ha tenido en su seno corrientes idénticas a esas, las cuales si hoy existen en los países islámicos se debe a la penetración cultural occidental.
El sistema opresor del Faraón
El ejemplo que el Sagrado Corán ofrece de la opresión de los gobernantes, de la perversidad de un sistema cultural constituido para la injusticia, es el del Faraón, citado 74 veces en el Libro. Faraón, el de los ejércitos, quienes oprimieron en la tierra, y multiplicaron en ella la corrupción (89:10-12). Es la mayor cantidad de citas referidas a un gobernante, de los cuales algunos aparecen en el Libro, como la reina de Saba, o Nimrod, a quienes se alude sin nombrarlos. Caso aparte son los Profetas David y Salomón, con ellos sea la Paz, quienes también son mencionados gobernando.
Las numerosas citas al Faraón se deben a la misión de Moisés (P), quien se enfrenta con el tirano para conducirlo a la verdad, lo que este último rechaza. El enfrentamiento de Moisés (P) con el Faraón es el modelo que el Sagrado Corán ofrece de la lucha contra la tiranía.
Los temas que cita el Sagrado Corán sobre Faraón se pueden sintetizar en cinco, de los cuales citaremos luego, como ejemplo, algunos versículos: 1. La persecución a la descendencia de Israel (Jacob –P-). 2. El enfrentamiento (diálogo y discrepancia) de Moisés (P) con Faraón. 3. El rol que jugaron los magos tanto en relación a Moisés, como a Faraón. 4. Las creencias de Faraón. 5. Su mala guía del pueblo y su mal ejemplo histórico.
El Sagrado Corán sintetiza todos esos temas al referirse en tres versículos al proceder de Faraón, dos de los versículos son: El proceder [de los idólatras de Meca] es como el del séquito de Faraón, y de los que les precedieron: Rechazaron los Signos de Allah, por lo que Allah los castigó debido a sus pecados. Allah es sin duda Potente, severísimo en el escarmiento... Tal es igual al proceder del séquito de Faraón y de los que les precedieron: Desmintieron los Signos de su Señor, y entonces los eliminamos debido a sus pecados, y anegamos a la corte de Faraón, pues todos eran inicuos (8:52 y 54), y el tercero dice: [Su caso es] como el proceder de la familia de Faraón y quienes les precedieron [sin que les haya servido riquezas ni prole] que desmintieron Nuestros Signos, y entonces Allah los arrasó por sus pecados, porque Allah es intensísimo en la condena (3:11).
Al decir que el proceder de Faraón y su séquito es como el de los que les precedieron significa que es el modelo y ejemplo de todos los anteriores tiranos, y por extensión de todos los posteriores, porque la tiranía se basa en pocas condiciones (que expondremos más adelante), y en todo lugar y tiempo siempre presenta las mismas bases. Además, el versículo evidencia que la justicia y la paz, que constituyen el objetivo del buen gobierno, solamente se establecen cuando se atiende a los Signos de Allah. En cambio, cuando se ignoran y rechazan viene la destrucción de la sociedad, tarde o temprano, jamás será que Allah varíe una merced que concediera a un pueblo, mientras éste no varíe lo que hay en sus almas [se torne impío]... (8:53).
En cuanto a los temas que menciona el Sagrado Corán sobre la opresión de Faraón, dice:
1. La persecución a la descendencia de Israel (Jacob –P-): Y he aquí que os salvamos de los del Faraón que os sometían al peor castigo: Exterminaban a vuestros hijos, violaban a vuestras mujeres, y en ello hubo una extraordinaria prueba de vuestro Señor (7:141).
2. El enfrentamiento (diálogo y discrepancia) de Moisés con Faraón: Y habíamos concedido a Moisés nueve portentos manifiestos [irrefutables], pregunta pues a la descendencia de Israel [sobre Moisés y Faraón] cuando les llegaron [los portentos]. Le dijo pues Faraón: "Yo ciertamente creo, Moisés, que estás hechizado" Respondió: "Ya has conocido que solamente a estos [portentos] los hizo proceder el Señor de los cielos y de la tierra como clarividencias [para convencerte], pero yo sin duda creo realmente, Faraón, que estás condenado". Y entonces quiso [Faraón] espantarlos del país, pero lo anegamos a él y a todos cuantos con él estaban (17:101-103). Preguntó Faraón: "¿Quién es el Señor de los seres?" Le contestó [Moisés]: "Es el Creador de los cielos y de la tierra y de cuanto hay entre ambos, si estáis persuadidos". Exclamó [Faraón] para los que le rodeaban: "¿Es que no le estáis escuchando…?!" Prosiguió [Moisés]: "¡Es Vuestro Señor y el Señor de vuestros primeros padres!" Exclamó [Faraón]: "¡En verdad que vuestro Mensajero que os fue enviado es realmente un demente!" Prosiguió [Moisés]: "El Señor de oriente y de occidente y de cuanto hay entre ambos, si es que razonáis" Replicó: "¡Si es que hubieras adoptado una divinidad distinta que yo te confinaré realmente entre los encarcelados!" (26:23-29). Imploró Moisés: "¡Señor nuestro!, Tú en verdad diste a Faraón y su camarilla magnificencia y riquezas en la vida del mundo, ¡Señor nuestro!, por lo que se descarriaron de Tu senda, ¡Señor nuestro!: ¡devasta sus riquezas y constriñe sus corazones porque no creerán hasta ver el castigo penosísimo!" (10:88).
3. El rol que jugaron los magos tanto en relación a Moisés, como a Faraón: Y proclamó Moisés: "¡Faraón!, yo soy por cierto un Mensajero del Señor de los seres, digno de no afirmar sobre Allah más que la verdad. Os he venido con una evidencia de vuestro Señor, ¡libra conmigo a los hijos de Israel!" Respondió: "Si tú habías venido con una evidencia, ¡concrétala si fueras de los veraces!" Entonces él lanzó su bastón, y he aquí que fue una patente serpiente, y extrajo su mano [de su saco], y hela aquí resplandeciente para los que observaban. Exclamó la dirigencia de la gente de Faraón: "¡Este es en verdad un mago realmente magistral!" "Él desea expulsaros de vuestro suelo, ¿qué es lo que decidiréis?" Sugirieron: "Difiérelo y a su hermano, y envía a reclutadores a las ciudades, que te traigan a todo mago inteligente" Y los nigromantes acudieron a lo de Faraón, preguntaron: "¿Tendremos en verdad una gratificación realmente si nosotros fuéramos los vencedores?" Respondió: "Sí, y por cierto seríais sin duda de los acólitos" Expresaron: "¡Moisés!, o bien tú arrojas [la magia que posees], o bien seremos nosotros los lanzadores" Respondió: "¡Arrojad!", y cuando lanzaron hechizaron los ojos de los seres y los aterraron, practicando una magia asombrosa. Y Nosotros le inspiramos a Moisés: "¡Arroja tu bastón!", y he aquí que éste engulló lo que ellos habían fraguado. Y la verdad sobrevino, y fue nulo lo que habían obrado. Y fueron vencidos en aquella ocasión, y resultaron humillados. Y los nigromantes fueron hechos sucumbir prosternados. Exclamaron: "¡Creemos en el Señor de los seres, Señor de Moisés y Aarón!" Clamó Faraón: "¡Creísteis en él antes que yo os autorizara!, ¡esta es realmente una intriga que habéis sin duda maquinado en la ciudad [con Moisés] para desalojar de ella a sus habitantes!, ¡ya conoceréis pues [mi castigo]...!: ¡Cercenaré realmente vuestras manos y vuestros pies de los opuestos, y luego os crucificaré sin duda a todos!" Respondieron: "¡Por cierto que volveremos a nuestro Señor! Pero tú no abominas de nosotros sino porque creímos en los signos de nuestro Señor cuando ellos nos llegaron: ¡Señor nuestro, infunde en nosotros paciencia, y haznos morir musulmanes [a Ti sometidos]!" (7:104-126)
4. Las creencias de Faraón: Dijo Faraón: "Yo no os indico más de lo que concibo, ni os guío sino por la vía acertada"...Y dijo Faraón: "¡Hamán [su lugarteniente], erige para mí un edificación para que pueda alcanzar los accesos, los pasos de los cielos y pueda contemplar al dios de Moisés, aunque realmente creo que él es un mentiroso". Así es cómo se le hizo propicio a Faraón su mal proceder y fue desviado fuera del camino, pero la artimaña de Faraón [su argumento del edificio] sólo fue para perdición (40:29 y 36-37). Es posible que con el gran edificio el faraón se refiera a un observatorio astronómico, siendo sus creencias astrológicas las que lo guiaban, de modo que si confirmaba por esa vía la misión de Moisés (P) creería en él. Esto también puede estar confirmado por la mención de los accesos, los pasos de los cielos, es decir las configuraciones astrológicas.
5. Su mala guía del pueblo y su mal ejemplo histórico: El Faraón dijo: "¡Nobleza! No tenéis, que yo sepa, otro dios que yo..." (28:38). Pero no creyó en Moisés más que una poca prole de su pueblo, temiendo que Faraón y su entorno los encismaran [castigaran]. Por cierto que Faraón se ensoberbeció en la tierra, y es sin duda uno de los transgresores (10:83). Y Faraón extravió a su pueblo y no guió (20:79).
Y ello por cuanto jamás será que [como reprimenda] Allah varíe una merced que concediera a un pueblo, mientras éste no varíe lo que hay en sus almas [se torne impío]... (8:53). El sistema injusto se organiza sobre la base de ciertos grupos dominantes en las diversas áreas de la existencia social, como por ejemplo, la religión; la ciencia; el derecho; el arte; la economía; y la técnica, seis áreas vitales de aquella existencia. Es frecuente, también, que el Sagrado Corán mencione que algunas de aquellas esferas son causa de la corrupción social, como por ejemplo, la religión desviada de sus orígenes, el derecho injusto, o la economía en manos de unos pocos. Dice el Libro de Allah: Y sin duda que Allah dará la victoria al que a El Lo auxilie. Por cierto que Allah es Fortísimo, Poderosísimo. A aquellos que cuando los establecemos en la tierra, elevan la oración, dan la contribución, ordenan el bien y vedan el mal... (22:41). En cambio: Aquel que cuando tiene poder se empeña en la tierra para corromperla, y destruir los sembrados y el ganado (2:205) ¿Equipararemos, acaso, a los creyentes que hacen el bien con los que obran corrupción en la tierra? (38:28) Los opresores son unos protectores de otros... (45:19)
Los grupos gobernantes en general se pueden clasificar, como vimos, en dos, verdaderos conductores y opresores, pero en todo caso los opresores responden a una ideología que les permite identificarse como grupo, y ejercen ciertos medios de dominio. Los verdaderos conductores responden al conocimiento y a los objetivos más elevados de la humanidad, aun a costa de su propio beneficio: Solamente se persuaden los que tienen corazón [o intelecto], los que cumplen con el pacto de Allah, sin renegar de la alianza [o compromiso], los que mantienen unido aquello que Allah ordenó sea unido [la ley, la justicia], y se humillan a su Señor, y temen un mal juicio [final]. Aquellos que son pacientes por anhelo de [contemplar] el Rostro de su Señor, elevan la oración, dan caridad tanto en secreto como abiertamente de lo que les hemos provisto, y responden con el bien al mal. ¡Esto obtendrán la Morada final! (13:19-22).
Los tres factores de la opresión
El Sagrado Corán alude a tres factores, uno que concierne a la ideología, y los otros dos a los medios de opresión, que se presentan bien claros en el sistema faraónico, pero que aparecen en el sistema opresor de cualquier época: a) Una doctrina religiosa desviada de sus orígenes, adulterada; b) el monopolio de las armas; c) la economía dominada por el grupo opresor principal. Así se conforma el "triángulo de la opresión", como lo llamaremos, a cuya cabeza hay un faraón, el tirano. La ideología opresora, que se reviste de falsos ropajes sagrados, es como la cabeza del sistema injusto; las armas son como sus brazos y piernas; y la economía es como su sangre. Y es así como dejamos en toda ciudad [civilización] a sus principales delincuentes para que maquinen [maldades] en ella. Pero sólo complotan contra sí mismos, aunque no lo perciban (6:123).
El cambio de las épocas y la decadencia de la religión en occidente determinó que el lugar de la ideología sea ocupado por doctrinas políticas, y hasta por tendencias de moda que pretenden pasar por conocimientos ciertos, mitos que forman la cultura de la gente. Así es que suplantando a la religión se establecieron con el tiempo las ideas políticas, las tendencias de moda, el dominio del cine y la televisión, la distorsión de la prensa, y múltiples otras formas de formación de la opinión pública que substituyeron a la formación religiosa de la edad media occidental hasta el renacimiento (estas denominaciones históricas pertenecen a la historiografía occidental y no se corresponden con las etapas de la historia de los otros pueblos).
La principal distinción entre el Islam y el sistema opresor es que en este último el eje de la vida social es la economía, mientras que en el Islam lo es el modo de vida. La sociedad opresora es materialista, cualquiera sea la época en que haya surgido. La sociedad islámica es por naturaleza justa, porque impone un modo de vida como la medida de todas las cosas en las relaciones sociales. Esto no significa que predomine la justicia automáticamente, y que la sociedad no deba empeñarse para hacerlo. Los opresores siguen sus pasiones, sin ningún conocimiento. ¿Quién podrá guiar al que Allah extravió?: No tendrán quien los auxilie. Eleva, pues, tu rostro [Profeta] hacia el Din [modo de vida y creencias] primigenio. Tal es la naturaleza primordial dada por Allah, en la que El originó a los humanos. ¡No hay cambios en la naturaleza [dada] por Allah! Este es el Din recto y justo. Sin embargo, la mayoría de la gente no conoce. (30: 29-30).
Pero debemos saber que no son los gobiernos de los países islámicos los que representan al Islam, ni en la antigüedad ni en la actualidad, con la excepción del gobierno del Profeta (BPDyC) y de los primeros califas en vida de Alí (P). El Din (creencias y modo de vida) del Islam esta enraizado en la gente, en la cultura, en el modo de vida de los pueblos islámicos, con los altos y bajos ineludibles que presentan los pueblos en su natural corrupción. El Islam es una educación permanente, y su objetivo no son los gobernantes, aunque los incluya necesariamente, sino los pueblos, una educación que procura transformar a los hombres de homínidos en humanos plenamente desarrollados. Este es el verdadero enfrentamiento entre el Imán (la fe) y el kúfur, la impiedad, no las diferencias religiosas que son subsidiarias a este enfrentamiento.
Sociedad e individuo
La medida que la sociedad opresora tiene para considerar las relaciones sociales se basa en la producción, el nivel de ingresos, y las clases sociales. El Islam afirma que cuando la sociedad se sectoriza en clases sociales comienza a corromperse, y que ello se debe a que el eje de la vida social lo ocupa la economía, tanto en la sociedad capitalista liberal, como en la socialista marxista. El Sagrado Corán expone la diferencia entre la sociedad justa y la opresora, cuyos ejes son el modo de vida y la economía, respectivamente. ¡Comed de cuantos bienes os hemos provisto!, pero no oprimáis al respecto, por lo cual seríais objeto de Mi Cólera, y el que sea objeto de Mi Cólera se ha perdido. (20:81). La expresión "comed" indica en su simplicidad todo tipo de adquisición, desde la más elemental como la comida, hasta la más sofisticada, siempre y cuando sea la expresión de una posesión material, de la propiedad y la riqueza.
El modo de vida humano y civilizado es una educación continua que jerarquiza los objetivos que debe alcanzar la humanidad, tanto en el ámbito personal como en el social: No obtenéis nada [en este mundo] que no sea el goce pasajero de la vida mundanal, pero lo que está en lo de Allah es mejor y lo más perdurable para los que creen y a su Señor se encomiendan. Los que evitan las grandes maldades y perversiones, y cuando caen en ira son indulgentes. Los que responden a su Señor y elevan la oración, y sus asuntos los consultan entre ellos, y de cuanto les proveímos dan en caridad. Los que cuando los afecta la opresión y la violencia se defienden [sin excesos]: La reparación de un daño será un perjuicio equivalente, aunque el que absuelva [a su adversario] y se reconcilie obtendrá su recompensa de Allah. El en verdad no ama a los opresores. El que se resarza después de haber sido perjudicado, éstos no tendrán por qué excusarse. Solamente deberán justificarse los que oprimen a la humanidad, y pervierten la tierra injustamente. Estos tendrán un castigo penosísimo. Pero el que sea paciente y perdone, tal es de lo más preciado. (42:36-43).
El proceder de una persona, su comportamiento, es lo que determina su condición humana, debido a sus actos y no a simples palabras. Pero además, el proceder de un gobernante, conductor o maestro, influye en el medio social y determina también la condición de este último, aunque no lo haga como la conducta individual influye en el individuo, sino en forma mucho más compleja, del modo que a través de la historia se constituye la cultura de un pueblo: Si no hubiese habido en las generaciones pasadas [los pueblos antiguos] antes de vosotros, unos que eran el resto [de los buenos creyentes], que prohibían la corrupción sobre la tierra...; excepto que fueron pocos, de entre quienes salvamos de aquellos [pueblos]. Pero los opresores persiguieron [sólo] lo que se les había dado en goce [material] y fueron malhechores. Nunca tu Señor aniquilará a las ciudades [o civilizaciones] injustamente, mientras que sus habitantes sean virtuosos [justos] (11:116-117).
La interacción entre los individuos y la sociedad responde al poder que ejercen los individuos en ella, y así como los Profetas y Mensajeros (BP) muestran una influencia superior y permanente, los gobernantes corruptos y sus aliados de la cultura también ejercen su maligna influencia destructora de la sociedad humana, que la aniquila: Cuando queremos eliminar a una civilización ordenamos a sus magnates [obedecer el bien], pero corrompen en ella [rebelándose]. Entonces se verifica sobre ella la Orden [de eliminación], y la destruimos totalmente (17:16). Hasta que cuando arrebatamos con el castigo a sus magnates, he aquí que aúllan: ¡No aulléis hoy porque en verdad de Nuestra parte no seréis socorridos! Mis signos [revelaciones] os habían sido recitadas, pero vosotros retrocedíais sobre vuestros pasos, engrandecidos de ello trasnochando en desatinos [sobre el Sagrado Corán, en corrillos alrededor de la Ká`bah] (23:66-67).
Las bases naturales de la sociedad humana
El Islam define a la sociedad humana sobre estas bases: 1°) La sociedad depende de un Poder superior, trascendente y sobrenatural, que es el Poder divino. 2°) Es una organización para la vida en comunidad, no exclusiva del género humano, sino que también caracteriza a muchas especies animales que hoy existen en la tierra. Es decir, la sociedad es un medio para la vida, no un fin en sí mismo. 3°) La sociedad está sometida a normas propias de ella, como los planetas, por ejemplo, o a la naturaleza, tienen sus normas. Las normas que rigen a la sociedad producen su aparición, su decadencia y desaparición.
Si decimos que la sociedad humana es similar a otras sociedades de la naturaleza ello no significa que sea idéntica a esas otras, pues se diferencian fundamentalmente en relación al cambio que se produce en el sistema de vida de la sociedad humana. Las sociedades animales, por ejemplo, no cambian su sistema de vida, o lo hacen en tales periodos de tiempo que resulta imperceptible a la observación, y cuando incorporan algo nuevo eso no cambia la naturaleza de los individuos, los que siguen siendo irracionales. Por el contrario, la sociedad humana está en permanente cambio, debido a la racionalidad humana, y los cambios sociales también cambian al hombre mismo, en sus ideas, en sus actos, en sus sentimientos.
Veamos, punto por punto de los mencionados antes, lo que dice el Sagrado Corán sobre todo ello:
1. La sociedad depende del Poder divino: ¿Acaso [los desmentidores de la Divinidad] no observan cuántas comunidades, anteriores a ellos, hemos hecho perecer? Las habíamos consolidado en la tierra, tanto como no os hemos afianzado a vosotros, y les enviamos lluvias abundantes [lit.: el cielo], e hicimos que los ríos manaran por debajo de ellos. Pero las eliminamos por sus pecados, y constituimos después de ellos otras comunidades [civilizaciones] (6:6)
2. Su surgimiento para la convivencia en la tierra: Y Hemos dignificado a la humanidad [lit.: a la descendencia de Adán] y los encaminamos por la tierra y por el mar, y les proveímos de bienes, y los elegimos evidentemente sobre muchos de los que hemos creado. (17:70).
El es Quien os designó herederos en la tierra, y os distinguió a unos sobre otros en dignidad, para probaros en cuanto os dio. (6:165)
Nosotros dividimos entre ellos [los seres humanos] su subsistencia en la vida del mundo, y hemos elevado a unos sobre otros en jerarquía, para que se tomaran unos a otros en dependencia. Aunque la Misericordia de tu Señor es mejor de aquello que [los humanos] acumulan [en riquezas y poder] (43:32)
3. La sociedad humana esta sometida a leyes en su surgimiento, decadencia y desaparición: Nunca eliminamos una civilización [lit.: población] sin que tuviera un término prefijado. Ninguna comunidad podrá adelantar ni retrasar su lapso [de existencia] (15:4-5)
¿A cuántas civilizaciones eliminamos cuando se corrompió su existencia? He aquí sus emplazamientos [en ruinas], que no fueron habitados después de ellos sino poco [tiempo]. Y Nosotros somos los herederos. Tu Señor nunca hará perecer a las civilizaciones hasta que El haya enviado Mensajeros [Suyos] a sus centros habitados... y no eliminamos las civilizaciones sino cuando sus miembros son inicuos [opresores] (28:58-59)
¡Y a cuántas generaciones antes que ellos [los contemporáneos del Profeta] hemos eliminado! Imploraron [socorro], pero no era ocasión de evadirse (38:3)
Cuando queremos eliminar una civilización ordenamos a sus opulentos [obedecer el bien], pero corrompen en ella [rebelándose]. Entonces se verifica sobre ella la Orden [de destrucción], y la destruimos totalmente. (17:16)
Y aquellas ciudades [civilizaciones] las eliminamos cuando fueron inicuas, y hemos establecido un momento preciso para su destrucción. (18:59)
4. La humana es similar a otras sociedades animales: No hay en la tierra ninguna bestia, ni pájaro que vuele con sus dos alas, que no formen una comunidad como vosotros [la formáis] (6:38)
5. Los cambios pueden provocar en ella su corrupción, decadencia y desaparición: Surgió la corrupción en la tierra y en el mar por lo que realizan las manos de la gente. El [Allah] les dará a probar [como escarmiento por sus acciones], algo de lo que han realizado, quizás así se arrepientan (30:41).
Di [Profeta]: «Gente de la Revelación [cristianos y judíos]! ¡Convenid en una palabra de equidad entre nosotros y vosotros!: Que no adoremos sino a Allah, sin asociar a El nada en absoluto; y que no nos tomaremos unos a otros por señores en lugar de Allah». Si ellos lo rechazaran decid vosotros: «Reconoced que somos sumisos [a Allah, o musulmanes]!» (3:64)
Dijo ella [la reina de Saba]: por cierto que cuando los monarcas toman una ciudad la corrompen, y convierten a los poderosos de sus habitantes [a su elite], en los más humillados, ¡así es como proceden! (27:34).
Aquel que cuando tiene poder, se empeña en la tierra para corromperla, y destruir los sembrados y el ganado. (2:205).
Esquema político de la sociedad islámica
Consiste en lo siguiente:
1. La norma revelada o Shari'ah, como la estructura general sobre la cual se producen todas las relaciones sociales.
2. La comunidad organizada sobre la base de un modo de vida social, dictado por el Sagrado Corán y la Shari'ah o Ley islámica.
3. El conductor político (jalifah o imam) que debe reunir personalmente en sí muchas condiciones nobles, y no ser un "administrador" al estilo occidental, sino un sabio.
Estos tres puntos no agotan el tema, y son solamente una síntesis de lo que es la sociedad islámica.
El modo de vida social al que nos hemos referido es el Din, según se lo conoce en árabe, el cual representa un sistema de creencias y prácticas que desarrolla el hombre en todos los aspectos de su existencia, desde su vida personal y familiar, hasta la social, la devocional, la política, la económica, la artística, etc.
Para ser más claros, el sistema de vida de una abeja es fijo y no ha variado en millones de años, desde que existen las abejas, ni variará nunca, mientras exista una sola abeja. Por el contrario, el modo de vida humano varía continuamente, porque éste es un ser inteligente. Esto nos obliga a indagar sobre cuál debe ser el modo de vida normal y justo en el ser humano, a semejanza del que tiene la abeja y que ella cumple con facilidad.
Hay múltiples sistemas, enseñanzas, filosofías, doctrinas políticas y sociales, que pretenden ofrecer al hombre un sistema de vida que lo lleve a la felicidad, pero ¿es posible que todos esos sistemas sean buenos? ¿Es posible que cualquiera de ellos nos lleve a la felicidad, a la justicia y a la paz? ¡No!, lo cual queda demostrado por la historia, pues casi todos los sistemas ofrecidos al hombre fueron no más que el "triángulo de la opresión".
En consecuencia, el ser humano debería tener un sistema de vida que permita una sociedad con paz y justicia, y ese sistema existe en potencia en la doctrina islámica, y se ha manifestado en forma esporádica aquí y allá, en diversas épocas. Respecto de esta misión del Islam de establecer una sociedad justa y feliz, dice el Sagrado Corán:
Y es así cómo os establecimos como una comunidad mediadora, para que seáis testigos de la humanidad, y para que el Mensajero [Muhámmad] sea testigo de vosotros. (2:143)
Sois la mejor comunidad hecha surgir para la humanidad, ordenáis el bien y la benevolencia, prohibís el mal y la rebeldía, y creéis en Allah. (3:110)
La salud y la corrupción sociales
El modo de vida humano varía continuamente, y de allí que la sociedad cae permanentemente en la corrupción, en la injusticia. Por otra parte, existe la necesidad de elegir un modo de vida que, a pesar de las variaciones de los tiempos, nos permita mantener la salud social, es decir la justicia, la paz, la felicidad.
El Islam nos ofrece un modo de vida revelado, para todas las épocas y todos los lugares de la tierra, hasta el final de los siglos. Es un sistema al que no afecta el paso del tiempo y los cambios, que tiene dos partes principales, una variable y la otra invariable. La parte invariable es muy amplia, y se refiere a asuntos que no cambian en la vida del hombre, como por ejemplo no cambia su necesidad de comer, vestirse, asearse, respirar, moverse, descansar, tener salud, e incluso morir (lo que en cierto modo se convierte en una necesidad). Por el contrario, cambian las lenguas, los climas, las épocas, las vestimentas, las técnicas, la situación económica, las religiones, los estados civiles, etc. Cambia la raza y la cultura de un lugar a otro, pero no la esencia humana.
Existe, pues, una parte esencial y otra no-esencial en el ser humano. Pero en la sociedad civil, en la vida social: ¿Cuál es la parte esencial y cual la no-esencial o variable?
Es evidente que son fundamentales a la vida social los siguientes asuntos:
1. La justicia.
2. La verdad en los conocimientos que se divulgan.
3. La armonía en el conjunto social, que nos evite la violencia, y que nos asegure la adquisición de los medios de vida y de los conocimientos.
4. La ética, que nos asegura contra la corrupción de las costumbres.
5. El trabajo, que evite caer tanto en la miseria como en la lujuria.
6. La eficiencia de los medios de vida, que produzca el bienestar general, y nos evite caer en un neutralismo negativo.
Todo esto debe ser conseguido para lograr la felicidad, que es el fin último del hombre por el que éste se asocia a otros en la vida civil. A este fin último se llama el bien social, y debe estar fundado principalmente en la fe, la creencia de que la vida y el universo tienen un sentido, una finalidad útil.
Así existen dos motores de la sociedad humana, uno es el ser individual, que debe confiar en lo que hace, y que si no tiene fe no estará motivado para lograr nada; otro son los órganos sociales con sus grupos respectivos, que deben mantenerse sanos para alcanzar todos aquellos objetivos fijos, invariables, antes mencionados: justicia, verdad, armonía, ética, trabajo, eficiencia. Para lograr esto es necesario un modo de vida social normal y justo.
Cuando el modo de vida se corrompe, comienza a hacerlo por los individuos particulares, luego los grupos sociales, luego los órganos sociales, y por fin la sociedad toda. Ello puede suceder en un lapso de tiempo muy corto. Existen muchas posibilidades de corrupción, tantas como individuos, y una sola forma normal y justa de vida social.
Cuando sucede esta calamidad de la corrupción social, que parece ser el estado normal del mundo a través de todas las épocas, todos los órganos de la sociedad comienzan a funcionar mal; la religión, el derecho, la ciencia, el arte, la economía y la técnica. Es similar a la enfermedad del cuerpo físico, que afecta con la fiebre a todos los miembros del cuerpo. Entonces, se forma el "triángulo de la opresión" de la sociedad injusta: Faraón o tirano-ideología social corrupta-monopolio de las armas y de la economía.
La única manera de evitar la corrupción social es la aplicación lisa y llana de la Ley revelada. Dice el Sagrado Corán:
A todos [los pueblos] dimos una ley y un camino. Si Allah hubiese querido habría hecho de vosotros, sin duda, una sola comunidad... [Profeta] juzga entre ellos [los musulmanes] sobre la base de lo que Allah reveló y no obedezcas sus pasiones... (5:48-49)
Y el que no legisla [o juzga] en absoluto sobre la base de lo revelado por Allah, ¡tales son los impíos! (5:44)
...¡tales son los opresores! (5:45)
La gente del evangelio que juzgue según lo que Allah reveló en él. Y el que no juzgue sobre la base de lo que Allah reveló, ¡tales son los perversos! (5:47).
Es necesario, entonces, mantener el modo de vida en perfecto funcionamiento, pues equivale a la salud de la sociedad humana, y la única manera de hacerlo es la de aplicar sin atenuantes la Shari'ah o Ley revelada. Esto solamente se logra por la conducción de un justo, que tenga las condiciones de un creyente.
La Sharí`ah o ley revelada
La Sharí`ah es la Ley que rige la vida personal, familiar y social de la comunidad. No sólo trata de las relaciones entre personas, sino también de la vida devocional y psicológica. Tiene efectos en este y en el otro mundo. Sus características son las siguientes:
1. Está revelada por el Sagrado Corán y fue explicada y ampliada por el Profeta (BPD)
2. No es sancionada ni puede ser derogada por un congreso humano. Sin embargo, puede ser interpretada por los sabios de acuerdo a los cambios de las épocas, y a los nuevos factores que ellos traen.
3. Su vigencia no es automática, depende del esfuerzo que los individuos que forman la sociedad realicen para combatir la injusticia y la violencia, es decir para combatir el sistema político impuesto de ese modo. A esto se llama Yihád, lucha sagrada.
La idea central del sistema político islámico
Es la justicia. Esto significa que existe un orden universal, fundamento de todas las cosas, orden que no debe ser violado. Cada vez que aplicamos la justicia en la sociedad coincidimos con ese orden justo del universo, que existe en todas las cosas, en la naturaleza, en los planetas, entre los animales, etc.
El Islam proclama:
1. Una sociedad justa, no-clasista ni capitalista.
2. La distribución de las riquezas y de los merecimientos de acuerdo al esfuerzo que realicen los individuos.
3. El objetivo social último es implantar la Paz y la Justicia en la sociedad humana para lograr el bien común y la felicidad de sus miembros.
Allah ordena la Justicia y la benevolencia, y dar caridad a los parientes, y veda la maldad, la malevolencia y la corrupción. (16:20).
Tradiciones
De la fuente imamita Al-Káfi que lo remite al Imam Yá'far Al-Sádiq (P) se dice que este expresó: "Allah envió a un Profeta de los Suyos a los del pueblo de él, y le reveló que: 'Di a tu pueblo que nunca hubo habitantes de una población ni gente alguna que se atuviera a Mi obediencia sin que les aconteciera bienestar por ello. Pero en cuanto se tornaron de lo que Yo quiero hacia lo que detesto no dejé de tornarme para ellos de lo que querían hacia lo que detestaban. Y que nunca hubo habitantes de una población ni de casa alguna que permanecieran en Mi desobediencia y que les aconteciera adversidad por ello, y que se tornaran de lo que Yo detesto hacia lo que quiero, sin que Yo dejara de tornarme para ellos de lo que detestaban hacia lo que querían". (T, IX, pp. 109-110). Esta tradición podría vincularse al versículo y ello por cuanto jamás será que [como reprimenda] Allah varíe una merced que concediera a un pueblo, mientras éste no varíe lo que hay en sus almas [se torne impío]... (8:53).
Y de la misma fuente se transmite del mismo Imam (P): "Mi padre decía: 'Por cierto que Allah, Poderoso y Majestuoso, dispuso una determinación irrevocable, que no beneficiará a un siervo con una merced que Él se la quite, hasta que el siervo cometa una falta por la cual se granjea la represalia [divina]'" (T, IX, p. 110).
Fin
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