El espíritu en el Islam
Antropología de la Revelación
Te interrogarán [Profeta] por el espíritu. Responde: "El Espíritu (al-ruh) es asunto [secreto] de mi Señor, y del conocimiento no os ha sido dado sino algo mínimo" (Sagrado Corán 17:85).
La noción de "espíritu" en el Sagrado Corán
"Espíritu" se dice ruh en árabe, y según el uso en esa lengua es el principio de la vida, gracias al cual el animal ejerce la facultad sensitiva y el movimiento voluntario. Metafóricamente, se aplica a ciertos asuntos que producen excelentes frutos, como el conocimiento, siendo éste además representado como la vida de las almas. El Sagrado Corán dice al respecto: ¿Acaso el que estaba muerto y que Nosotros le resucitamos, y establecimos para él una luz con la cual marcha entre la gente...[será igual al impío]? (6:122), identificando "luz" con "conocimiento". Lo mismo se conciben como "espíritu" la Guía divina, la fe, la confianza, y todos los dones espirituales provenientes del Señor. La Revelación es una comunicación a través del Espíritu Santo (Ruh al-Quds, o Ruh al-Amín), pues supone la vivificación de las almas. Dice el Sagrado Corán al respecto: Y así es como te revelamos el Espíritu de Nuestro Mandato. Tú no comprendías qué era el Libro ni la Fe, pero Nosotros hicimos que sea una Luz con la cual guiamos al que queremos de Nuestros siervos (42:52); y también dice: ¡Los que habéis creído!: Responded a Dios y al Mensajero cuando [éste] os convoca a lo que os vivifica. (8:24), es decir, os convoca hacia la Revelación.
La palabra "Revelación" se dice en árabe con un término cuyo significado incluye, entre otras cosas, la transmisión de un conocimiento secreto por medio del Espíritu Santo. Pero de hecho se distingue entre "Revelación" e "inspiración", e inclusive se las menciona con dos palabras distintas: "Al-Uahi", "Revelación", y "al-Ilhám", "inspiración". Y ambas tiene también dos destinatarios diferentes: Por un lado, las dos comunicaciones conciernen a Mensajeros y Profetas; y por otro, la inspiración divina, no la Revelación, es un don exclusivo de los justos purificados, aparte del resto de los seres comunes. Por lo cual, el Espíritu Santo también se vincula a la inspiración del conocimiento infuso a estos últimos. En definitiva, existen tres tipos de personas excepcionales: Mensajeros, Profetas y justos, y los tres participan en común de un don divino puramente espiritual, la inspiración, mientras que la Revelación es, además, exclusiva de Mensajeros y Profetas.
El Sagrado Corán emplea la palabra "espíritu" 24 veces, en sus diversas derivaciones, tanto en su forma verbal como sustantiva. De la misma raíz verbal es la palabra "viento" o "brisa", que puede significar también "tormenta" o "tempestad", inclusive la destructora. "Espíritu" se dice "ruh", y "viento" se dice "rih", y ambas significaciones remiten al soplo original de vida que Dios insufló en Adán (P). Dice el Sagrado Corán al respecto: Y cuando lo conforme [a Adán], y sople en él de Mi Espíritu, ¡hincaos [vosotros ángeles] ante él prosternados! (15:29). Tal es el Conocedor de lo Oculto y de lo Manifiesto, Poderosísimo, Misericordiosísimo. Quien perfeccionó toda cosa que El creó, y principió la creación del hombre [Adán] de tierra, y luego hizo que su generación sea de una esencia de un líquido vil. Después lo proporcionó [armoniosamente] y sopló en él de su Espíritu [del Espíritu divino, la forma primordial y el verbo Sea], e hizo para vosotros la audición, la visión y el corazón [la visión espiritual]: ¡Poco es lo que agradecéis! (32:6-9). Aparte de ello, es tradición profética que el ser humano se desarrolla biológicamente en el vientre materno durante tres períodos sucesivos de cuarenta días, es decir cuatro meses, al cabo de los cuales Dios envía al ángel a soplar el espíritu en la nueva criatura, como Dios mismo sopló en Adán. Dice el Sagrado Corán: Y habíamos creado al hombre de un extracto de cieno [la creación original ex-nihilo]. Luego lo establecimos como una partícula [de semen] en una aposento resguardado [la matriz]. Y creamos de la partícula un germen [cuajo sanguíneo o feto], y creamos del germen un embrión, y creamos del embrión huesos, y revestimos los huesos de carne. Luego le originamos de otra creación distinta [el espíritu] ¡Glorificado sea pues Dios, el mejor de los creadores! (23:13-15).
En resumen, el significado de "espíritu" tiene que ver: Con el inicio de la vida, con la Revelación a Mensajeros y Profetas, con la inspiración y los excelentes dones espirituales que Dios otorga a los hombres (como la Guía divina, la Fe, la confianza en Dios, la esperanza, el amor a los seres, la caridad, etc.). Dice el Sagrado Corán respecto de los creyentes justos: A éstos Dios grabó la fe en sus corazones y les confortó con Su Espíritu, y les introducirá en jardines bajo los cuales corren los ríos, donde morarán eternamente. Dios se complace de ellos y ellos se complacen de El. Estos son los partidarios de Dios. ¿Acaso no es cierto que los partidarios de Dios serán los bienaventurados? (58:22). Los purificados reciben inspiración de parte del Señor, tanto en sueños como en vigilia, por la cual Dios infunde al corazón de Sus siervos, de todos sin excepción, lo que El quiera, en la medida que quiera, y cuando El quiere. Este es el fundamento individual del espíritu humano, su vínculo con el Señor, fuera del cual no encontrará sentido a su existencia.
Por último, también se vincula al espíritu en su máxima expresión con el surgimiento de los seres gracias a la Voluntad divina, expresada en el "¡Sea!" divino. Dice el Sagrado Corán: Di [Profeta]: "El Espíritu es del Mandato de mi Señor" (17:85). Su Mandato cuando desea algo es solamente que le diga: "¡Sea!" y es. ¡Glorificado sea pues El que tiene en Su mano el gobierno de todas las cosas! (36:84). Dios es Quien creó a los cielos y a la tierra y a lo que hay entre ambas [dimensiones] en seis días, y luego El se estableció sobre el Trono. No tenéis [los seres] fuera de El [si transgredierais su Complacencia] ningún Protector ni Intercesor alguno, ¿es que acaso no os persuadís? El gobierna el Mandato desde el cielo a la tierra, luego aquel [Mandato] asciende hacia El en un Día cuya dimensión es de mil años de los que vosotros computáis (32:4-5). Envuelve la noche al día que la persigue incesantemente; y el sol, la luna y las estrellas están sometidos a Su Mandato. ¿Acaso no son Suyos la Creación y el Mandato? ¡Bendito sea Dios Señor de los seres! (7:54). Y dice del Sea que es instantáneo: Nuestro Mandato es algo simplemente único, como la intuición de la mirada (54:50). Este modo instantáneo de la Creación divina confronta con el desarrollo paulatino de la misma cuando media la materia (o el espacio-tiempo), que el Sagrado Corán no dice que sea instantáneo. Podemos interpretar que el verbo Sea instaura todas las cosas en el plano metafísico puro, y que la concreción en algún plano posible de la Realidad es lógicamente posterior, y se atiene a otras condiciones.
En síntesis el orden universal de todas las cosas está ligado a la función del Espíritu, por lo que el Sagrado Corán dice de Dios que es: El de las Escalas, por las cuales se elevan hacia El los ángeles y el Espíritu en un Día cuya dimensión es de cincuenta mil años (70:3-4), mencionando así un período temporal cósmico que supone un ciclo de cierto tipo, durante el cual el Espíritu Santo establece, con los ángeles bajo su Mandato, todas las cosas. El otro ciclo de mil años, mencionado en 32:5 antes citado, sería un ciclo menor dentro de los cincuenta mil años.
El Sagrado Corán llama al Espíritu Santo con el nombre de Yibríl, que se traduce por Gabriel, que ocupa un lugar destacado en la angelología islámica. Es el encargado del orden universal de todas las cosas en la Creación, y de comunicar la Revelación a los Mensajeros y Profetas. Dice el Sagrado Corán respecto de la Revelación a través del Espíritu Santo: La noche del Designio (o Decreto) [de la Revelación del Sagrado Corán, la Torá, los Salmos, el Evangelio, y otras Escrituras sagradas] es mejor que mil meses. En ella descienden los ángeles con el Espíritu [Santo] con la Anuencia de su Señor para toda obra. ¡Paz sea ella hasta que sale la aurora! (97:3-5). Di [Profeta] el que sea enemigo de Gabriel [que sepa] que él lo hizo descender [al Sagrado Corán] a tu corazón (2:97); y también dice: Fue hecho descender con el Espíritu Fiel a tu corazón, para que seas de los advertidores, en una lengua arábiga purísima (26:195); di [Profeta]: "Lo reveló en la Verdad el Espíritu Santo de parte de tu Señor, para confirmar a los que son creyentes, y como guía y albricia para los musulmanes (16:102). Y sobre el conjunto de los Profetas (P) dice el Libro: "E hicimos de ellos conductores que guían con Nuestro Mandato [es decir, el Espíritu Santo], y les inspiramos la realización de las buenas obras, elevar la oración y dar la caridad, y ellos son Nuestros siervos [sumisos]" (21:73).
En particular sobre la Ascensión al Trono divino (al-Mi`ráy) del Profeta Muhammad (BPDyC), en la que Gabriel tiene una función destacada, expresa el Sagrado Corán: ¡Por la estrella cuando se oculta!: Vuestro conocido [Muhammad] no erró ni se confundió, ni profiere nada por pasión. Ello es solamente una Revelación que se le desvela, que le enseñó el de la Fuerza ingente [Gabriel], en su forma primordial, y así se manifestó, estando en el elevado Horizonte [oriente]. Y luego se aproximó, y cernió [al Profeta], que estuvo a un arco de El [de Dios], o aún más cerca. Y El [Allah] le reveló a Su siervo lo que le fue revelado (53:1-10).
Aunque en cierta exégesis el Espíritu Santo es diferenciado del resto de los ángeles, siguiendo lo que dice el Sagrado Corán: [Dios] hace descender a los ángeles con el Espíritu de Su Mandato hacia quien El quiere de Sus siervos (16:2), distinguiendo así entre el Espíritu y los ángeles. Además, en la jerarquía angelológica, el Espíritu no ocupa la categoría máxima sino que sigue a otras preeminencias angelicales, como Miguel (Mikaíl), el ángel de los dones y de la Misericordia, Israfel (`Izraíl), el ángel de la muerte, y Rafael (`Israfíl), el de la Trompeta de la Creación y la nihilición.
También, por último, se atribuye a Gabriel el ejercicio de la Fuerza divina cuando Dios Exaltado desea imponer de ese modo Su Voluntad. Y por fin, el Día de la Resurrección desempeña una función trascendente, pues el Sagrado Corán dice: El Día en que el Espíritu [Santo, Gabriel] y los ángeles se erijan enfilados, nadie podrá proferir nada excepto a quien permita el Más Misericordioso [interceder por otro], y exprese lo justo (78:38).
En conclusión, el Espíritu no es concebido en el Sagrado Corán únicamente como el principio de la vida, sino que presenta una gran amplitud de significados que lo vinculan con los ángeles y el acontecer decretado por Dios. En última instancia, se identifica con la Palabra y por ende con la Revelación, cuando dice del Mesías, Jesús hijo de María, con él sea la Paz, que es Su Palabra [la de Dios] que El infundió en María, y un espíritu de Su parte (4:171). Sobre Jesús y María, con ambos sea la Paz, dice también el Sagrado Corán: Menciona en la Escritura a María, cuando ella se apartó de sus parientes hacia un lugar de oriente. Quiso estar oculta de ellos, y Nosotros le enviamos a Nuestro Espíritu, que se le personificó como un humano perfecto. Ella exclamó: "¡Por cierto que me amparo en el más Misericordioso contra ti, si es que tú le temieras!". Respondió: "Soy solamente un Mensajero de tu Señor, para ofrendarte un niño purísimo". Ella expresó: "¿Cómo podría tener yo un niño, cuando ninguna persona me ha tocado, ni soy una libertina?". Respondió el ángel: "¡Esto es lo que determinó tu Señor!, y para El esto es facilísimo. Y haremos del niño un milagro para los hombres, y una Misericordia de Nuestra parte". Y fue un hecho consumado (19:16-21). Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Dios [al ser creado sin padre] es como el ejemplo de Adán, a quien El lo creó de tierra [sin padre ni madre] y luego le ordenó: "íSea!", y fue [es] (3:59). El Mesías, Jesús hijo de María, es sólo un Mensajero de Dios y Su Palabra [pues lo creó directamente diciendo: ¡Sea!], que El infundió en María, y un espíritu de Su parte [creado por medio del Espíritu Santo] (4:171).
Los cinco aspectos del hombre
La metafísica islámica, especialmente la escuela de Ibn Arabi, menciona cinco aspectos del hombre: Cuerpo, alma, corazón, espíritu y secreto. El corazón es el céntrico, como en el arco iris el color verde conjuga al resto de los colores. El corazón asume también todos los aspectos del ser.
El cuerpo se concibe como materia y tiempo del mundo, existencia pasajera, transitoria, un vehículo que utiliza en este mundo para lograr los objetivos espirituales, que son su fin real.
El alma tiene que ver con los sentidos y lo que éstos generan, apetencias, deseos, concupiscencia, tendencias. Ella es como lo externo del corazón, su cara exterior, punto de intercesión del cuerpo con el espíritu.
Por su parte el espíritu es el Soplo divino, el intelecto del hombre, que le hace comprender intuitivamente las realidades sutiles, como el bien, la belleza, la idea de Dios, la moral, la ética, y todas aquellas cosas que no están presentes en los sentidos, pero que el hombre comprende.
El secreto es la forma metafísica que cada uno de nosotros tiene en el Conocimiento de Dios, desde antes del nacimiento y eternamente. Es la Realidad que se manifiesta como si fuéramos átomos de luz del Señor, y constituye el vínculo más íntimo con El. El secreto es un aspecto infinito que no se puede comprender ni abarcar. Ni el cuerpo, ni el alma, ni inclusive el espíritu, que es lo más cercano al secreto, lo abarcan.
Por último, el corazón es la individualidad del ser que asume todo lo anterior, su cuerpo, su alma, su espíritu, y tanto como le sea posible, su secreto, como la integridad de los cinco aspectos de su ser.
El espíritu individual es el Soplo divino, el intelecto del hombre, que le hace comprender intuitivamente las realidades sutiles, como el bien, la belleza, la idea de Dios, la moral, la ética, y todas aquellas cosas que no están presentes en los sentidos, pero que el hombre comprende. En el mundo de la prueba, que es el nuestro, Dios dispuso que el conjunto de los cinco aspectos interactúen en forma dinámica. Dice Dios en el Sagrado Corán: Os expondremos a la aflicción y al bienestar como prueba [para observar el resultado de vuestras acciones], y a Nosotros será vuestro retorno. (21:35).
El espíritu tiene que ver con la libertad humana, porque cuando Dios sopla de Su Espíritu en el hombre le otorga, antes que nada, el don del intelecto, junto al don de la libertad para optar entre el bien y el mal, y el poder de pactar con Dios mismo. El, exaltado sea, no pacta con los ángeles, ni con los animales, o con los vegetales, sino con los hombres, a quienes ha otorgado libertad. Dice Dios sobre los ángeles: Ellos no desobedecen lo que Dios les ordena y realizan lo que les es ordenado (66:6), es decir que no tienen libertad de opción alguna. El pacto con Dios consiste en reconocerle y obedecerle libremente, y permite la calificación de los actos en buenos o malos, de lo cual depende el bien y la felicidad en este mundo y en el otro. Todo acto del hombre hecho a conciencia y optando libremente está vinculado al pacto con Dios, e incluso lo está todo acto sin excepción.
El espíritu individual es, en conclusión, el don del intelecto y de la libertad que Dios insufló en nosotros, la suma posibilidad dentro de los límites de nuestra capacidad humana, gracias a lo cual somos seres humanos responsables y voluntariosos, como fundamento de nuestra existencia.
Sobre el surgimiento del intelecto o espíritu, en la fuente imamita Sahih Al-Kafi, de parte del Imam Muhammad Al-Baqir (P), se narra que dijo: "Cuando Dios creó al intelecto lo hizo proferir (le dio la facultad de expresarse), y luego le ordenó: '¡Adelántate!', y el intelecto se adelantó. Luego le ordenó: '¡Vuélvete hacia atrás!', y le intelecto retrocedió. Luego exclamó: '¡Por mi Poder y mi Majestad!: No he creado ninguna criatura más amada para Mí que tú, ni te perfeccionaré excepto en aquel que amo. He aquí que Yo, sin duda, debido a ti ordenaré, y debido a ti vedaré, castigaré y recompensaré'". Cuando dice: "¡Adelántate!", esto representa el reconocimiento de la Realidad divina, que espontáneamente realiza el espíritu, y la obediencia que observa: El adelantarse hacia Dios simboliza la obtención de los grados espirituales, y la perfección del estado espiritual. "¡Vuélvete!" (o "retrocede") también es signo del reconocimiento de Dios en el orden mundano, moral y ético, y de la obtención de los conocimientos que se adquieren en los niveles inferiores al metafísico. Luego afirma que Dios no ha creado ninguna criatura más bella para El que el espíritu o intelecto, lo cual distingue al ser humano sobre el resto de la Creación, y que el Amor es el vínculo más fuerte y elevado con Dios, exaltado sea, pues El ama al ser espiritual. Y dice: "Por ti recompensaré y quitaré", es decir, todos los actos humanos están sujetos al intelecto, pues sólo cuando se hacen con conocimiento, a conciencia, son juzgados buenos o malos, y recompensados o rechazados.
Y dijo el Profeta (BPDyC): "Dios creó juntos la fe, el pudor (o intimidad) y el intelecto, y le dio a elegir al intelecto entre mantenerse unido al pudor o separarse de él, y el intelecto eligió mantenerse unido", de lo que se concluye que gracias a ello conservó además la fe y el pudor, como características del ser espiritual. Y también expresó el Profeta (BPDyC): "La fe es un vínculo secreto entre el siervo y su Señor", es por lo tanto de la intimidad con Dios, por lo cual el que conserva la intimidad y el pudor mantiene la fe. El intelecto es el encargado de ello, y en él se funda la fe, el secreto de nuestro vínculo con Dios, exaltado sea.
Gnoseología de la Revelación: El conocimiento revelado, la inspiración, y la Sabiduría
Coincidentemente con las distinciones anteriores, existen diversos niveles de la aparición y actuación del espíritu, según los menciona el Sagrado Corán. Antes que nada, indica tres fuentes del Conocimiento proveniente del Señor: El Libro o Escritura, es decir la Revelación, la inspiración y la Sabiduría, y las tres conciernen a todos los Profetas (P) sin excepción.
El Libro desciende a través de Gabriel, el ángel de la Revelación, el que también es llamado en el Sagrado Corán el Espíritu Fiel o el Espíritu Santo.
La inspiración es el conocimiento de los hechos, tanto externos como internos, concernientes a la marcha de los asuntos del mundo, las relaciones humanas, la aplicación del derecho, la intencionalidad de la gente, el corazón y los secretos que éste guarda. Dios va enseñando esto último a Sus Profetas sobre la marcha, y les hace ver lo que necesitan en cada circunstancia.
La Sabiduría es la comprensión de la Revelación en toda su magnitud, interioridad y profundidad, un don personal y exclusivo concedido a los Profetas.
Dice el Sagrado Corán: Di [Profeta] el que sea enemigo de Gabriel [que sepa] que él lo hizo descender [al Sagrado Corán] a tu corazón (2:97), en el sentido de que el Profeta (BPDyC) recibía en la interioridad de su ser, simbolizada por el corazón, la Revelación del Sagrado Corán, y la inspiración de los conocimientos necesarios para su misión. Y también dice que el Sagrado Corán fue hecho descender con el Espíritu Fiel a tu corazón, para que seas de los advertidores, en una lengua arábiga purísima (26:195), donde el medio de la Revelación es el conocimiento, representado por el idioma. Y dice: Y así es como te revelamos el Espíritu de Nuestro Mandato. Tú no comprendías qué era el Libro ni la Fe, pero Nosotros hicimos que sea una Luz con la cual guiamos al que queremos de Nuestros siervos (42:52). Aquí la Luz representa también el conocimiento, la Sabiduría y la inspiración al corazón. Di [Profeta]: "Lo reveló en la Verdad el Espíritu Santo de parte de tu Señor, para confirmar a los que son creyentes, y como guía y albricia para los musulmanes (16:102).
Y sobre el conjunto de los Profetas (P) dice el Libro: E hicimos de ellos conductores que guían con Nuestro Mandato [es decir, el Espíritu Santo], y les inspiramos la realización de las buenas obras, elevar la oración y dar la caridad, y ellos son Nuestros siervos [sumisos] (21:73). Dar caridad, realizar el bien, y cumplir con la oración, son deberes de fe a practicar, pero Dios, más allá de la simple práctica de la acción, inspira a Sus Profetas (P) el significado profundo de esas acciones, y la sabiduría oculta que contienen. Así pues, uno de los medios más importantes que tiene Dios para transmitir el conocimiento a los mismos Profetas, y a los que los siguen en sabiduría, hasta el último de ellos, es la inspiración al corazón. Por eso dice el Sagrado Corán: Temed a Dios que El os enseñará (2:282). (Ver tb. 58:22).
En consecuencia, la Palabra divina tiene principalmente dos medios de llegar al ser humano, y siempre al corazón, a la integridad del ser: El primer medio es la palabra directa, dicha como de una persona a otra, y por este rasgo se caracteriza la Revelación pública transmitida a todos los Profetas (P) a través del Espíritu Santo. El segundo medio es la inspiración, tanto en sueños como en vigilia, por la cual, aunque no haya un parlamento directo, Dios infunde al corazón de Sus siervos, de todos sin excepción, lo que El quiera, en la medida que quiera, y cuando El quiere. Este es el fundamento individual del espíritu humano, su vínculo con el Señor, fuera del cual no encontrará sentido para su existencia.
La libertad como don del espíritu
Tenemos la libertad y la posibilidad de fallar, de no cumplir, porque si Dios nos llama al cumplimiento es porque es posible lo contrario. Por eso la libertad tiene un doble sentido, por un lado es cumplir con Dios, y por otro es poder rebelarse contra El. Y si no fuera por la posibilidad de rebelarse, no existiría libertad posible, ni existiría la prueba. Satanás prefirió la rebelión, y el ser humano fiel a Dios, que logra el objetivo de su existencia, supera la rebelión y prefiere la sumisión a Dios, el Islam. No es que no se proponga la rebelión, sino que no la comete. Esto es superior a la posibilidad de rebelarse, porque el verdadero logro, la libertad verdadera, es someterse a Dios después de haber conocido Su Grandeza, y nuestra propia condición de seres indigentes, limitados, falentes, que sólo logran su objetivo sometiéndose a El, exaltado sea. Por eso la sumisión no es una degradación, sino una exaltación del ser humano. Si exaltamos a Dios y alabamos al Profeta (BPDyC) es que nos reconocemos a nosotros mismos como seres vinculados a esas Realidades tan elevadas, que gozan de ellas en sí mismos. Y no hay nada mejor que el conocimiento de sí mismos. Nada puede ser conocido, expresado, alcanzado, cuando de Dios se trata y de Su Profeta (BPDyC), sino en sí mismo. Porque éste es el escenario de las Luces de Dios.
Dijo el Profeta (BPDyC): "Sólo fui hecho surgir para completar las virtudes de la naturaleza humana". Al reconocer su Sabiduría y la perfección podemos acceder al grado del amor de Dios, adquiriendo las cualidades bellas y la Sabiduría que de él deviene, el grado sumo de la perfección humana.
Agenda para el diálogo: La veracidad de una doctrina espiritual
Toda doctrina, no solamente las religiosas, reivindica para sí la verdad. No hay opinión ni teoría que se exprese seriamente que no tenga en mira coincidir con lo cierto, de lo contrario sería una comedia, pero no búsqueda de la realidad. De allí que todas las religiones se consideren ciertas para sus adeptos, y el Sagrado Corán dice de sí que él es la Verdad y la Realidad.
Toda doctrina, en primer lugar, debe necesariamente proclamar su identidad consigo misma, es decir, que no está diciendo nada diferente a lo que quiere decir. Segundo, si es una teoría seria, debe pretender exponer lo cierto, o aquello a lo que el esfuerzo le ha permitido llegar de la Verdad. Y tercero, debe afirmar que toda la gente que lo admita estará en la corrección. Si esto sucede con las doctrinas humanas, ¡cuánto más debe pasar con la Revelación de los Profetas (P)!, siendo la Revelación un acontecimiento constante en la historia humana, y por ello único y extraordinario. No solamente debemos contar al Sagrado Corán como Revelación, además de la Torá, el Evangelio y los Salmos, sino a los libros de Moisés y Abraham (BP) que se han perdido, la tradición de los ciento trece Mensajeros (P) que han venido a la humanidad, y quizás las palabras que se han conservado de los 124.000 Profetas (P) que ha habido, según es tradición islámica.
Creemos los musulmanes que el Sagrado Corán es auténtico, veraz, y el mismo que recibió el Profeta Muhammad (BPDyC) a través de Gabriel, el Espíritu Santo (P). Por eso el Sagrado Corán expresa: ¿Cómo podréis ser impíos siendo que se os transmiten los versículos de Dios [el Sagrado Corán] y entre vosotros está Su Mensajero? Y el que se aferré a Dios [al Sagrado Corán] habrá sido guiado hacia un camino recto. ¡Los que creéis!, ¡temed a Dios con verdadero temor a El, y no muráis nunca sino sometidos [a El]! ¡Y aferraos al Cordel de Dios [el Sagrado Corán] todos vosotros y no os dividáis! (3:101-103).
El mejor conocimiento es el de la Revelación, un conocimiento universal, sintético, profundo, útil, teórico y práctico, del presente, del pasado y del futuro, que sirve para este mundo y para el más allá, que transmite algo que los demás conocimientos no enseñan, sobre nuestra propia muerte, por ejemplo, o sobre la realidad del más allá.
Citas del Sagrado Corán referidas al Espíritu
El Mandato como espíritu universal
* Di [Profeta]: "El Espíritu es del Mandato de mi Señor". (17:85).
* Nuestro Mandato es algo simplemente único, como la intuición de la mirada. (54:50).
* En verdad que vuestro Señor es Dios quien creó los Cielos y la tierra en seis días, luego se estableció sobre el Trono. Envuelve la noche al día que la persigue incesantemente; y el Sol, la luna y las estrellas están sometidos a Su Mandato. ¿Acaso no son Suyos la Creación y el Mandato? ¡Bendito sea Dios Señor de los seres! (7:54).
El espíritu humano
* Te interrogarán [Profeta] por el espíritu. Responde: "El espíritu es asunto [secreto] de mi Señor, y no os ha sido dado del conocimiento sino algo mínimo". (17:85).
* Y cuando lo conforme [a Adán], y sople en él de Mi Espíritu, ¡hincaos [vosotros ángeles] ante él prosternados! (15:29).
El surgimiento humano
* Dios es Quien creó a los cielos y a la tierra y a lo que hay entre ambas [dimensiones] en seis días, y luego El se estableció sobre el Trono. No tenéis [los seres] fuera de El [si transgredierais su Complacencia] ningún Protector ni Intercesor alguno, ¿es que acaso no os persuadís? El gobierna el Mandato desde el cielo a la tierra, luego aquel [Mandato] asciende hacia El en un Día cuya dimensión es de mil años de los que vosotros computáis. Tal es el Conocedor de lo Oculto y de lo Manifiesto [tanto en la Creación como en el conocimiento], Poderosísimo, Misericordiosísimo. Quien perfeccionó toda cosa que El creó, y principió la creación del hombre [Adán] de tierra, y luego hizo que su generación sea de una esencia de un líquido vil. Después lo proporcionó [armoniosamente] y sopló en él de su Espíritu [del Espíritu divino, la forma primordial y el verbo Sea], e hizo para vosotros la audición, la visión y el corazón [la visión espiritual]: ¡Poco es lo que agradecéis! (32:4-9).
Y habíamos creado al hombre de un extracto de cieno [la creación original ex-nihilo]. Luego lo establecimos como una partícula [de semen] en una aposento resguardado [la matriz]. Y creamos de la partícula un germen [cuajo sanguíneo o feto], y creamos del germen un embrión, y creamos del embrión huesos, y revestimos los huesos de carne. Luego le originamos de otra creación distinta [el espíritu] ¡Glorificado sea pues Dios, el mejor de los creadores! (23:13-15).
El Profeta Muhammad (BPDyC) y el Espíritu Santo en la Ascensión al Trono divino (al-Mi`ráy)
¡Por la estrella cuando se oculta!: Vuestro conocido [Muhammad] no erró ni se confundió, ni profiere nada por pasión. Ello es solamente una Revelación que se le desvela, que le enseñó el de la Fuerza ingente [Gabriel], en su forma primordial, y así se manifestó, estando en el elevado Horizonte [oriente]. Y luego se aproximó, y cernió [al Profeta], que estuvo a un arco de El [de Dios], o aún más cerca. Y El [Dios] le reveló a Su siervo lo que le fue revelado (53:1-10).
Jesús, con él sea la Paz
* Menciona en la Escritura a María, cuando ella se apartó de sus parientes hacia un lugar de oriente. Quiso estar oculta de ellos, y Nosotros le enviamos a Nuestro Espíritu, que se le personificó como un humano perfecto. Ella exclamó: "¡Por cierto que me amparo en el más Misericordioso contra ti, si es que tú le temieras!". Respondió: "Soy solamente un mensajero de tu Señor, para ofrendarte un niño purísimo". Ella expresó: "¿Cómo podría tener yo un niño, cuando ninguna persona me ha tocado, ni soy una libertina?". Respondió el ángel: "¡Esto es lo que determinó tu Señor!, y para El esto es facilísimo. Y haremos del niño un milagro para los hombres, y una Misericordia de Nuestra parte". Y fue un hecho consumado. (19:16-21).
* Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Dios [al ser creado sin padre] es como el ejemplo de Adán, a quien El lo creó de tierra [sin padre ni madre] y luego le ordenó: "íSea!", y fue [es]. (3:59)
* El Mesías, Jesús hijo de María, es sólo un Mensajero de Dios y Su Palabra [pues lo creó directamente diciendo: ¡Sea!], que El infundió en María, y un espíritu de Su parte [creado por medio del Espíritu Santo] (4:171).
Los creyentes
* A éstos Dios grabó la fe en sus corazones y les confortó con Su Espíritu, y les introducirá en jardines bajo los cuales corren los ríos, donde morarán eternamente. Dios se complace de ellos y ellos se complacen de El. Estos son los partidarios de Dios. ¿Acaso no es cierto que los partidarios de Dios serán los bienaventurados? (58:22).
Tradiciones sobre el arrepentimiento y el Perdón divino en las cuales se menciona a Gabriel al Espíritu o a Gabriel
En Perlas esparcidas -una fuente tradicional- se cuenta que Al-Hasan Al-Basri, uno de los tradicionistas de la primera época, expresó: «Me enteré que el Mensajero de Dios (BPDyC) dijo: `Cuando Iblis (el diablo) vio que Adán era hueco, exclamó: `¡Por tu Poder [Señor mío]! ¡yo no saldré de su interior hueco mientras perdure el espíritu en él!'. Respondió Dios: `¡Por Mi poder! ¡Yo no interpondré nada entre él y el arrepentimiento mientras perdure el espíritu en él!'». En una tradición similar se narra que el Profeta (BPDyC) expresó: «Dijo Iblis [el diablo]: `¡Señor!, ¡por Tu Poder [juro] que no cesaré de desviar a los hombres mientras sus espíritus se encuentren en sus cuerpos!'. Respondió Dios: `¡Por Mi Poder [juro] que no cesaré de perdonarlos mientras ellos Me pidan Indulgencia!'» (T, IV, p. 24; MIK, I, p. 320).
Abu Dharr, un gran compañero del Profeta (BPDyC), narró: «Marchaba con el Profeta (BPDyC) por el pedregal de Medina de noche, y observábamos el Monte de Ohod, y entonces él (BPDyC) me dijo: `¡Abu Dharr!'. Respondí: `Heme aquí, Mensajero de Dios'. Prosiguió: `¡Cuánto me gustaría poseer ese monte [Ohod] en oro, y extraer de él sin quedarme de eso ni un dinar, excepto el que guarde para una deuda, y poder decir a los siervos de Dios: Esto es para ti, y esto es para ti!', e hizo un gesto de arrojar a su derecha, delante suyo, y a su izquierda. Luego seguimos caminando y él (BPDyC) me ordenó: `¡Abu Dharr!, permanece aquí sin moverte, hasta que yo vuelva'. Entonces se fue hasta quedar oculto de mí, luego escuché un ruido y me dije: `Quizás al Mensajero de Dios (BPDyC) le pasó algo', y me propuse seguirlo. Pero recordé que me había dicho que no me moviera hasta que él volviera y lo esperé hasta que regresó. Le mencioné entonces lo que escuché, y me respondió: `Tal era Gabriel [el Espíritu Santo] que vino a mí y me dijo: El que de tu comunidad muera sin asociar nada a Dios penetrará en el Paraíso'. Pregunté: `¿Aún cuando cometiera adulterio y robara?'. Respondió: `Aún cuando cometiera adulterio y robara'» (MIK, I, p.408).
Tradiciones sobre la elevada categoría de los creyentes en las cuales se menciona a Gabriel o el Espíritu Santo
En una tradición del Imam Ya`far Al-Sadiq, el sexto descendiente sabio del Profeta (BPDyC) por la línea de Alí y de Fátima, la hija de aquel, se cuenta entre otras cosas, referente al llamado combate de Ohod: "No permanecieron con el Mensajero de Dios (BPDyC) más que Abu Duyanah, Sammak Ibn Jarshah, y Alí Ibn Abi Talib [primo y yerno del Profeta], y cada vez que un grupo atacaba al Mensajero de Dios (BPDyC) Alí los enfrentaba rechazándolo de él, hasta que su espada se rompió. Entonces el Mensajero de Dios (BPDyC) le alcanzó su espada Dhul-Fiqar [la de las dos puntas, tal es su nombre] y se retiró el Mensajero de Dios (BPDyC) hacia un costado [de la planicie] de Ohod parándose allí. Pero Alí no cesó de combatir a los impíos hasta que fue alcanzado en su cabeza, rostro, torso y piernas por setenta heridas, diciendo Gabriel [el Espíritu Santo]: `¡Esto es el heroísmo mismo, Muhammad!'. Respondió Muhammad (BPDyC): `El es parte mía y yo de él'. Dijo Gabriel: `Y yo soy de vosotros'. [Continuó el Imam Ya`far Al-Sadiq]: El Mensajero de Dios (BPDyC) observó entonces a Gabriel ubicado entre el cielo y la tierra en un sitial de oro decir: `No hay espada como Dhul-Fiqar ni caballero noble como Alí'» (T, IV, pp. 10 - 12)
En Perlas esparcidas de parte de Ibn Abbas, primo del Profeta (BPDyC) y sabio de la comunidad islámica, se cuenta respecto de los mártires: «Dijo el Mensajero de Dios (BPDyC): `Cuando vuestros hermanos cayeron en Ohod, Dios hizo que sus espíritus estuvieran en cuerpos de pájaros verdes que frecuentan los ríos del Paraíso, comen de sus frutos y se hospedan en candiles de oro colgados a la sombra del Trono. Y debido a lo que encontraron de delicioso como comida y bebida, y de excelente como reposo, dijeron: ¡Ojalá nuestros hermanos supieran cómo obró Dios con nosotros!' [y en otra versión dice: `...supieran cómo estamos vivos en el Paraíso provistos, para que ellos no abandonen la lucha por la Causa de Dios']. Entonces Dios expresó: `Yo se lo comunicaré por vosotros'. Y Dios reveló aquellos versículos que expresan: Pero no supongáis de suyo que los que hubieron caído por la Causa de Dios están muertos... [hasta el versículo 171]». (T, IV, pp. 71-72. Lo mismo en MIK, I, pp. 336-337).
Fin
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En Sección Jutbas
Jutba 19 "La eliminación de la ira mediante la disiplina espiritual" Al-Gazali