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La crisis del mundo

Introducción

Nuestro tema es la Crisis del mundo actual, lo cual parece ser algo por todos conocido. Muchas veces, sin embargo, no meditamos sobre las cosas que decimos. No es que no podamos meditar, o que no lo queramos hacer, sino que simplemente usamos las palabras en forma habitual, en forma reconocida por el ambiente, de tal manera que se nos escapa al sentido último de algunas de ellas. Por ejemplo, de la palabra crisis. Nosotros solemos no tener una conciencia verdaderamente suficiente de lo que significa. Pero podríamos preguntarnos: ¿Qué significa la palabra "crisis"?. La idea inmediata que se nos ocurre es la de cambio. Aunque si vamos al origen de la palabra ella tiene dos significados esenciales: rompimiento y desarrollo. Se puede considerar bajo un aspecto, el de rompimiento, o bajo otro, el de desarrollo, y ambos pueden ser vistos como aspectos entre sí complementarios. "Crisis" etimológicamente significa "juicio" o "sentencia", es decir la decisión final sobre una cuestión que se ha estudiado. También significa "elección" de algo, después de haber ejercido el conocimiento. Y en general significa "conclusión de un proceso".

A veces hablamos de que una enfermedad "hace crisis" o que el gobierno "hace crisis", quiere decir que llega a su punto límite. Es decir, crisis también significa pasar de una etapa a otra, en la que la anterior queda resuelta o solucionada. En tal sentido es el cambio de una etapa a otra.

Si vemos la crisis como rompimiento, se da el surgimiento de un nuevo estado de cosas. Pero la crisis, lógicamente, no soluciona todos los problemas, sino que trae otros nuevos. Si la vemos como desarrollo de un proceso, que ha llegado a su culminación, la crisis de una situación da lugar al paso hacia otra, que se espera que sea mejor, porque en este caso estamos hablando de "desarrollo", no de simple rompimiento.

La crisis de una situación dada siempre es algo angustioso. Como cuando el viento pasa por un pasillo, o el agua por un lugar estrecho, aparece de pronto y acelera todos los aspectos de la situación anterior, que comparada con el estado crítico es una situación estable y normal, mientras que el estado de crisis se presenta como anormal. Esto lo vivimos diariamente, decimos que existe crisis en la actualidad y vemos que el desarrollo de toda nuestra situación se da en una forma rauda. Añoramos algunas situaciones anteriores, donde la vida era más tranquila, había más confianza y seguridad, más estabilidad. También podemos observar el pasado histórico, por ejemplo el siglo pasado, como una cosa realmente muy diferente a la actual, con menos angustias personales y menos problemas. ¿Por qué?, porque la crisis es como una angostura, algo que aprieta.

El punto de vista materialista acerca del tema de la crisis o decadencia actual de occidente es que se trata de una simple cuestión de creencias o costumbres que cambian. Se la observa desde un punto de vista exclusivamente humanista, sin referencia alguna a lo sagrado y por lo tanto, sean filósofos o historiadores, hablan de la situación como un cambio de creencias o costumbres, y a partir de ello un cambio general en la vida. El punto de vistas agrado es que cada época trae su propio modo de ser, su propia "coloración", y que existe un ciclo de tiempo en el que éste último va variando de acuerdo a lo que el Señor del universo desea. Varía el tiempo de acuerdo a un ciclo predeterminado por el Señor del universo, con su Poder superior. Y en los momentos de grandes cambios hay lo que llamamos "crisis".

Desde el punto de vista sagrado, la historia es comparable a los diversos momentos de un día: Hay una mañana, un mediodía, una tarde, un ocaso y una noche. Nosotros vivimos en el ocaso de un tiempo, cuando se pone el sol y empieza la oscuridad. Según otro punto de vista, estamos ya plenamente en la oscuridad.

Además de la decadencia general y dentro de ella existen las crisis individuales de los seres humanos. Cada persona experimenta la crisis general de nuestra época, el cambio, la angustia, la inestabilidad, desde su circunstancia personal. Existen diferentes grados y experiencias individuales de cada cual sobre la gravedad de la crisis. Pero a pesar de esas variaciones individuales de todos modos el tiempo es de tormenta, es angustioso, devastador, y aún cuando quisiéramos apartarnos del problema, hay un clima general que nos rodea que sacude y que angustia. Tal es la crisis y decadencia de nuestro tiempo.

Por otra parte, deberíamos saber qué tipo de crisis o decadencia se produce hoy en occidente, pues hay crisis parciales y totales, pasajeras o transitorias, o bien permanentes. ¿Qué tipo de decadencia y crisis vivimos nosotros en occidente en la época actual: Total, parcial, pasajera, transitoria o permanente? Esta es una pregunta que cada uno puede contestar por sí mismo, pues resulta importante saber si la causa de la decadencia de nuestra época es muy profunda o es una causa leve.

Todos estamos de acuerdo, creo, en que la actual crisis occidental es total, abarca al individuo y a la sociedad. Están en crisis desde la religión hasta la naturaleza, el agua, el aire, etc. todo está siendo destruido, lo que rodea al hombre e inclusive lo que se mete dentro del hombre, sus ideas, sus creencias, sus expectativas.

Hay gente que ante esta crisis generalizada pone todo el peso en el aspecto social y político, y busca una solución por ese lado. Esta gente se integra muy rápidamente en ideologías políticas que le dicen cuál es la solución o la salvación, y durante un tiempo, a veces, vive feliz creyendo que la solución está muy cerca, y que todo se soluciona ordenando lo externo, que uno no tiene nada que ordenar en sí mismo. Es "lo social" que está enfermo, según ellos piensan. Por el contrario, nosotros pensamos que no hay crisis sin individuos. Desde el punto de vista sagrado o metafísico hay una crisis del corazón humano, y ella produce la otra crisis, no es a la inversa como generalmente se piensa.

La crisis actual es especial, porque seguimos pasando como siempre cada uno de nosotros por periodos de duda e inestabilidad, de inseguridad, pero además, hay crisis en toda la sociedad. Antes la sociedad ayudaba a curarse, y el estado general de la gente era bueno. Hoy tenemos un verdadero cáncer, ya no es una gripe. La crisis lo toma todo, tal es su generalización y su profundidad. Se ha ampliado y extendido, y se ha hecho demasiado profunda.

 

CONCLUSIONES

Nuestra conclusión es que Hay una decadencia o crisis a nivel social o cultural. En segundo lugar, que la crisis personal o del corazón es mucho más importante que la crisis de la sociedad, porque es la que genera a esta última. También dijimos que siempre hubo crisis personales en la vida de todos los individuos, y en todas las épocas, pero que en la actualidad se ha extendido de tal manera y se ha profundizado tanto que la sociedad occidental entera está enferma, no sólo los individuos. La sociedad occidental actual no ayuda a curarse, ni los medios externos ayudan más a salir de la crisis, sino que, por el contrario, hacen entrar al individuo más en la confusión y en la inseguridad, en todo lo que signifique la crisis.

Además, existe algo muy importante, que el ser humano puede superar la crisis a nivel individual y no colectivo. La época actual es de tal naturaleza, la oscuridad está de tal manera extendida, que uno puede orientarse a sí mismo, en la medida en que adquiera más conciencia, pero es imposible producir por uno mismo la salvación pública. Esto último no es de nuestra incumbencia; la época o el ciclo traerá en un punto determinado, primero, el máximo descenso, el punto más bajo de caída, simbolizado por el falso mesías, y segundo, a partir del máximo descenso, como en una enfermedad, empezará el ascenso. Esto es así porque Dios lo quiere, y es inútil que alguno, políticos o ideólogos, filósofos o pastores, salga a producir la salvación pública.

Debemos ahora plantearnos la causa de la crisis y decadencia actual: ¿Es un problema de civilización y de cultura o un problema de desarrollo?, ¿es un problema moral o bien social, o bien político?

Los tres niveles humanos están total y completamente en crisis en occidente, el nivel religioso o de las creencias en lo metafísico, el nivel personal o del corazón humano y el nivel político y social.

Los efectos notables, según creo, de la crisis y decadencia actual, todos los podemos experimentar, unos con más intensidad, otros con menos. Pero para enfrentar una crisis, como para enfrentar una enfermedad, debemos tener pleno conocimiento sobre qué es esa enfermedad. Si nosotros la desconocemos o si la atribuimos a un órgano que no está enfermo, mientras que está enfermo otro, es imposible que la curemos. Por eso es muy importante conocer primero: Qué nivel en el hombre origina la crisis. Segundo, que es lo que la causa. Tercero, tomar plena conciencia de esas dos cosas para poder superarlas.

Cuando uno es joven quiere salvar a todo el mundo, cree que, en fin, si él ha llegado a un conocimiento, lo puede distribuir, y así hacer que los demás compartiéndolo se salven con él. Esta es una ilusión personal, y una falta de maduración. En lo que hay que trabajar firmemente es en la salvación personal.

Pregunta

-¿No es un acto de egoísmo lo que usted propone?

-No, porque en la medida en que uno progrese, se desarrolle, y adquiera más luz, en la misma medida beneficia al prójimo. Pero si uno en un momento dado cree que ya puede proclamar la salvación pública, lo más probable es que sea un autoengaño de su propio ego, y que esté lejos de poder hacerlo. Los tiempos están determinados de esta manera, y entonces lo que tal persona hace es perder lo poco que ha conseguido. Debe seguir acumulando luz, para dar luz a los otros, y no precipitadamente, apenas tenemos la primera lucecita, querer repartirla entre todos, porque de ese modo se va a agotar rápidamente.

-¿Y cuando uno ya está avanzado en el camino espiritual, no es un deber dar a conocer lo que él sabe?

-Eso es cierto, pero no hay que hacerlo con la conciencia de que se está salvando a nadie... La cuestión sigue siendo un problema personal para todos, para aquel que expande una luz, y para aquel que la recibe.

Los efectos notables que, según creo, todos experimentamos en nuestras vidas son: Los grandes adelantos técnicos, por una parte, enfrentados con el pensar y el modo de vida del pasado, un estilo de pensar y un modo de vida que estaban más cerca de la naturaleza, de la armonía con el cosmos, más cerca de lo sagrado, y de un conocimiento profundo.

En segundo término, una característica muy notable es el desconocimiento que el hombre tiene de sí mismo. Es decir, se trata a sí mismo como un objeto. No hay profundidad, no hay verdadera experiencia de sí mismo, el hombre se considera un objeto y actúa como tal. Esto está determinado por la influencia social y la de la educación, que le hacen creer que él es un individuo entre otros muchos, y que tiene que actuar de acuerdo a las pautas sociales que existen, a las formas externas de la sociedad. Nunca se le enseña a mirarse a sí mismo, como enseñaban las viejas doctrinas sagradas y filosóficas (como la de Platón, por ejemplo, entre las filosóficas, o el taoísmo entre las doctrinas sagradas).

Otro gran rasgo de nuestra época es el cambio de las creencias que tenemos acerca del mundo, del hombre y de Dios. Estas creencias han cambiado radicalmente. Respecto al mundo, es notable que en el siglo XX, por ejemplo, según se afirma, existan la mayoría de los grandes científicos de todas las épocas, me refiero a los que investigan la materia y el orden externo del mundo, no a los sabios del pasado que eran de otra especie. En cuanto al hombre, tenemos hoy nociones mucho más amplias y extensas en el tiempo, e inclusive materiales o biológicas, sobre qué es el hombre, pero hemos perdido profundidad en el conocimiento del ser humano, de su espíritu. El hombre no es enseñado a conocer su corazón, su interior, a cultivar un modo de vida que lo lleve al pleno desarrollo espiritual, sino que es apartado, por el contrario, de todo eso. Nos es presentado por la antropología, por la historia, por la sociología, por la psicología, un modelo de hombre que está muy lejos del se espiritual tradicional, por decirlo en síntesis y sin entrar en muchos detalles. El cambio de las creencias sobre Dios no necesita ser comentado.

La proliferación de las seudo soluciones religiosas, políticas, económicas, etc., cada una de las cuales promete la salvación y la felicidad.

La pérdida de la sacralidad del hombre y del mundo, de la sociedad, de la historia, del conocimiento. Es decir, todo ha perdido la luz sagrada que tenía, todo se ha transformado como en los productos de la industria: todos iguales y todos hechos por cantidad. No observamos entre una y otra cosa la cualidad, sino que observamos una forma standard y una función standard ( la misma noción de "standard" tiene mucho que ver con esto que estoy diciendo). Se ha "standarizado" todo, se ha bajado de un nivel sagrado a un nivel desacralizado, mundanizado, y así concebimos al hombre y al mundo, como simplemente algo compuesto de materia, de procesos biológicos naturales, etc., que está a nuestro servicio y que podemos esquilmar como queramos. La sociedad es para nosotros simplemente como una máquina que funciona de acuerdo a la economía; la historia la concebimos como la gran proeza del hombre para llegar hasta nuestra época, y haber alcanzado la cumbre de la técnica y del conocimiento material: el conocimiento, del que se ha perdido la esencia sagrada, se pone al servicio de las cosas materiales, y se lo desjerarquiza,

La confusión de lenguas, es decir, de códigos de conocimiento de la realidad. Cada uno pretende tener un código diferente para descifrar la verdad, la realidad, lo que está pasando. Es la confusión de lenguas de la torre de Babel. Estamos inmersos entre contradicciones de todo tipo, entre un mundo de opiniones. Podemos abrir un diario y ver las más diversas opiniones. Un tema que debería ser muy fácil de entender y manejar, como el económico, hoy llena los diarios con encontradas opiniones, que muchas veces son todo lo contrario unas de otras. Cabría preguntarse: ¿Sobre qué base estamos hablando?

Otra de las cosas, y no quiero ofender a nadie con esto, son las ciencias inútiles que surgen de las tendencias históricas momentáneas, como ciertas elaboraciones de la psicología, de la filosofía y de la sociología. Surgen, así, ciencias "provisorias", meros productos de la conciencia momentánea que existe en una época.

Otro de los casos que hoy se observan son los falsos salvadores y verdaderos precursores del anticristo. Recordarán que hubo personajes como un tal Jons que provocó la matanza de mujeres, hombres y niños en Guyana. Se produce una proliferación de "pastores" que, con la excusa de curar engañan a la gente que los cree grandes salvadores, utilizan la enfermedad para lo sagrado, siendo que esto debe surgir de un conocimiento profundo, y de la enseñanza de un modo de vida, y no simplemente de una curación momentánea, o de las desesperación de las personas que no quieren morir.

Otro aspecto es la pérdida de una enseñanza socialmente organizada, producto de lo que llamaremos "sociedad tradicional". Esta era una sociedad que conservaba el sentido de lo sagrado, y donde la vida llevaba un ritmo más acorde con el desarrollo espiritual. No digo que las sociedades del pasado fueran perfectas, y que la nuestra sea la única imperfecta, pero es verdad que la nuestra está demasiado enferma, demasiado en crisis, y es verdad que antes las sociedades estaban más de acuerdo a una creencia y a una forma de ser que derivaba de lo sagrado. En esas sociedades tradicionales había una enseñanza social que se adquiría del trato con las personas mayores. Por ejemplo, o directamente del comercio y la industria. Había oficios que equivalían a una iniciación, había un modo de vida moral, a través del cual el ser humano se acostumbraba a ciertas ideas, conceptos que eran muy profundos para la felicidad del hombre, y que hoy se han perdido. Entonces, hemos perdido esa enseñanza socialmente difundida desde la casa, por el padre y el abuelo a quien se respetaba, y estamos inmersos en la atomización más grande. Se ha atomizado el clan (con el clan me refiero a esas grandes familias que van creciendo alrededor de un abuelo, por ejemplo, o de la autoridad de un mayor). Hoy la palabra "clan" se aplica solamente a los salvajes, o a los mafiosos, cuando en realidad el clan constituye la forma normal de vida social que tiene por finalidad educar al individuo en un modo de vida tradicional. Ha aparecido la "familia atómica", por lo que es posible que un matrimonio recién constituido vida a muchos kilómetros de sus padres, y que inclusive nunca se reúnan. La familia atómica termina lamentablemente en la explosión social atómica: se arman y se desarman las parejas, se transfieren los hijos de un hogar a otro, etc.

Otra de las cosas que creo que son evidentes para todos nosotros, es la falta de una verdadera conducción por parte de un grupo líder o de una élite. En general, la sociedad actual detesta que haya un grupo líder, o una élite en el sentido espiritual, moral, educacional. Lo que quiere es la democracia, poder elegir a un grupo "standard", que como dicen en los Estados Unidos sea "la administración", porque a lo único a que se dedica es a administrar los bienes materiales. ¡No!, en una sociedad donde no haya un grupo conductor respetado, donde no haya conducción moral y espiritual, hay crisis. No es suficiente elegir a los gobernantes, por encima de ellos o por detrás de ellos debe haber una autoridad moral y espiritual, que en la actualidad se hace desear.

Para ir terminando y no cansarlos, vamos a otro punto. La peligrosidad exagerada de los medios de defensa militar, me refiero a las grandes armas que se han construido. Esto produce gran crisis. Pensemos en los alemanes, en los franceses, en Europa en general, que está llena de armas atómicas. Allí la gente se siente insegura y se dedica, por eso, a la bebida y a un modo de vida disipado, debido al miedo que sienten.

Otra de las grandes características de nuestra época es el fanatismo, fanatismo político, fanatismo religioso, etc. Ello constituye un producto de la ignorancia, de posiciones asumidas por otros motivos que la búsqueda de la verdad, o la búsqueda de la justicia y de la paz.

Otro de los notables hechos de nuestra época es el genocidio, las grandes matanzas. El racismo y la discriminación, el materialismo y la deshumanización, el cientificismo exagerado. Queremos obtener de todo una aplicación científica. La pérdida del verdadero conocimiento metafísico, y sagrado, y la desorganización de la vida social.

Esto todo lo que podemos experimentar, si somos realmente conscientes de la crisis en la que vivimos. Todo ello está generado por una causa, a la vez histórica y metafísica o sagrada, que es el fin de los tiempos, sobre el cual ya hemos hablado. Estamos en el fin de los tiempos y todo esto se debe producir, quiérase o no.

 

CONCLUSIONES FINALES

Mi opinión es que en la época actual la única solución es una doctrina unitaria, que nos devuelva a la unidad, que reeduque a los hombres, y sirva al mundo actual, de acuerdo a la modalidad que tiene esta época. Una doctrina adecuada a este tiempo, para todas las razas y culturas, para todos los hombres. Una doctrina sagrada, revelada, que nos dicte un modo de vida. La obligación de cada uno de los seres humanos, en nuestra época, es buscar esa doctrina de unidad, como debe buscar al Señor Uno. Si la humanidad es una, debe unificarse. Hoy está dispersa, es la época de la gran dispersión. Y la Alabanza sea con Dios, les agradezco el haber concurrido, si quieren hacer algunas preguntas pueden hacerlo.

 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Ahora les voy a pedir de nuevo su colaboración y buena voluntad, y voy a hacer una pregunta tétrica: Ante este cuadro ¿cuál es la solución?

-¿No cree que a pesar de todo hay evolución en el hombre?

-Si hay evolución o no, es de poca importancia, lo más importante es que haya desarrollo. Si usted compara los dos términos va a tener la clave. El desarrollo es un crecimiento, y la evolución puede ser o no un crecimiento, puede tratarse de un cambio meramente, que tanto puede llevarnos hacia abajo como hacia arriba.

Entonces, a nosotros nos interesa más el hombre, la persona humana, su desarrollo. Cuando usted tiene un rollo y no sabe qué hay adentro, lo que debe hacer es desarrollarlo o desenrollarlo, es decir, ver lo que el hombre tiene adentro y desplegarlo ampliamente. Esto es lo más importante para nosotros, el desarrollo espiritual del ser humano. Cualquier sociedad, no interesa si oriental u occidental, actual o del pasado, todas deben tender al desarrollo espiritual humano, y cuando llegan a ello han logrado la felicidad del hombre. Porque la felicidad es que éste despliegue todas las posibilidades de su ser, y llegue al autoconocimiento, que es el centro de todo conocimiento.

Ahora bien, si una sociedad como la occidental actual, que además no es exclusivamente occidental hoy día, sino que se extiende por todo el planeta como una sociedad técnica mundial (de tal manera que el modo de vida occidental puede ser criticado por nosotros sin que seamos pasibles de ninguna tendencia racial o discriminatoria, pues hablamos de nuestros problemas, como occidentales), decía que ese modo de vida se ha extendido a todo el planta, y ha contaminado todas las cosas, porque está basado exclusivamente en un aspecto externo. Lo que en él llaman "desarrollo", "progreso" o "evolución", es simplemente lo referido a los medios externos. Pero por más que a un bruto le den todos los medios externos no va a dejar de ser bruto, para él un avión, un cohete o un carro, será lo mismo. Lo que el hombre debe desarrollar es su ser interior, salir de la oscuridad hacia la luz, y eso es lo que no vemos en la orientación de esta sociedad occidental materialista y atea.

Es cierto que debido a esos medios externos obtendremos muchos avances. El hombre ha llegado a la luna, ha descubierto la curación de antiguas enfermedades, de las que hoy e inclusive se han eliminado una o dos. Hay medios de transporte y comunicación muy eficientes, hay confort en muchos aspectos, hay conocimientos que antes no se tenían, etc. Todo lo que sea positivo no debería renunciarse a ello. Yo soy contrario a decir que todo está mal, sino que debemos discriminar dónde está la falla, cuál es la causa y cuál es el remedio. Si hay cosas positivas, no hay por qué negarlas, pero lo principal se ha perdido, que es la búsqueda del desarrollo espiritual del ser humano. Hay se busca un desarrollo del conocimiento que adapte al ser humano al mundo exterior y a la producción, muy concretamente.

Necesitaríamos como respuesta a la pregunta sobre cuál es la solución a nuestra crisis unificar el código con que comprendemos la realidad: ¿Cuál es la realidad, la verdadera realidad? Debemos dirigirnos hacia ella, unificar a nivel colectivo esa visión de la realidad, para que cese la crisis. Porque mientras tengamos visiones demasiado opuestas, y se interpongan entre nosotros la enemistad y el odio, la ignorancia, la competencia desalmada, etc., va a seguir la crisis. Si no renunciamos a todas esas tendencias malignas, y pretendemos llegar a la unidad humana verdadera, va a seguir la crisis.

Una de las características que no he mencionado de la época actual es que el mundo se unifica, tanto en cuanto a los países, a las culturas, como en cuanto a las comunicaciones y a todos los aspectos de la vida colectiva. Pero se unifica externamente, y se divide cada vez más internamente. Antes las sociedades vivían en paz, como la sociedad china, con sus problemas pero en paz, no estaban sometidas a tanta presión para la producción y la subsistencia, como hoy. La China de hoy ha entrado en crisis y con la "revolución cultura", para dar sólo un ejemplo, ¿cuánta gente murió, cuántos odios surgieron, a cuántos les fue colgado el cartel de "burro", y fue arrastrado con una cadena por la calle?, miles de personas. La sociedad china se dividió internamente, ¿pero para qué ir a China, si en nuestro país murieron miles en el enfrentamiento entre las fuerzas armadas y la guerrilla?

La masificación es, también, otro de los aspectos que hemos olvidado de mencionar respecto de la crisis actual, y es algo muy importante. Pero la masificación depende de otros aspectos, como son la pérdida del conocimiento, la pérdida de la jerarquía, la pérdida de la élite, con lo cual se produce la masificación automáticamente. No hay una élite espiritual conductora, no hay conocimiento espiritual que desarrolla al ser humano en todas sus posibilidades interiores, y no se respetan ningunas jerarquías, excepto las del poder opresor. Creo que hay lo que podríamos llamar dispersión de "la sal de la tierra". Jesús (P) dijo a sus discípulos: "Sois la sal de la tierra", o en otros términos, en ustedes está la verdad, porque ellos tenían categoría espiritual, debido a la enseñanza e influencia de Jesús (P), y eran asistidos por el Espíritu Santo. Eran la élite de la época, una élite que transformó al mundo, y solamente fueron doce. En Muhammad (BPDyC) encontramos un hombre rodeado de una pequeña élite, también, sus discípulos principales serán muy pocos, quizás no pasaban de quince. Pero ellos transformaron el mundo en cincuenta años, porque era gente formada, educada, preparada para eso, y contaban con la gran influencia espiritual del Profeta (BPDyC). Hoy hay una dispersión de esa clase, de la sal de la tierra, de la élite del mundo, una dispersión equivalente al momento que Jesús (P) predijo respecto de sus discípulos: "Cuando estemos en el monte todos me van a abandonar, cada uno va a ir por su lado". Es como si hoy estuviese por culminar la historia, y toda la gente de sabiduría, de espiritualidad, en vez de unirse, cada cual se esconde en un lugar diferente.

-¿No existe una falsa competencia entre esa gente, que uno quiere ser más importante que el otro?

-Si, puede haber de eso, aunque también haya gente que se une, no podemos generalizar. Hay gente que se unifica en pequeños grupos, pero es tal la presión de la gran masa que es imposible que estos pequeños grupos realicen su tare. Estamos en lo que llamamos, otro de los datos no mencionados, "la explosión demográfica". ¿Cuándo hubo tanta gente como hoy?, nunca. Por eso los pequeños grupos espirituales están como tapados, y ya no tienen nadie que los oiga.

Además, existe algo más grave todavía, y es que esa gente, esa élite, es substituida por falsas élites. Piensen que Hitler formó en su momento una élite, que inclusive hablaba en un idioma bastante elevado. Ellos se consideraban a sí mismos una élite, y consideraban que estaban educando a un pueblo, desde una posición elevadísima, y aún espiritual, que eran el reservorio de la cultura germánica, que iba a haber un milenio de dominio germánico sobre la tierra, debido a ellos, sus iniciadores. Se presentaban a sí mismos como la gran élite, pero eran una falsa élite. ¿Por qué?, porque no se apoyaban en lo espiritual, no tenían fundamento superior. La élite verdadera es como un árbol invertido, tiene sus raíces en el cielo y sus frutos cuelgan para la gente de la tierra.

Cuando digo "élite" esto significa "grupo director" o "conductor", no estoy hablando en discriminación contra la mayoría de la gente. Estoy diciendo que así como el cuerpo tiene cabeza, la humanidad, y cada pueblo en particular, debería tener a la cabeza su élite.

Lo más común son las falsas élites, las hubo en la Argentina, como ejemplo la generación del ochenta. La característica de la falsa élite es que está convencida de su misión, aunque su misión no sea la correcta. Ella puede definir bien su tarea ideológica, etc. Pero tal misión no es para desarrollar al ser humano desde adentro. Eso es lo que en la actualidad palpamos, y confunden todavía más las falsas élites el panorama por sí mismo confuso en general del mundo.

-No cree usted que en la historia humana el hombre va a llegar en algún momento a un equilibrio perfecto, y que los fracasos anteriores son necesarios para ello?

-No deseo obligarlo a tomar un punto de vista diferente, pero lo que usted expone no es el punto de vista sagrado, metafísico, es un punto de vista humanista. Todavía le falta dar un paso, darse cuenta que en la historia del hombre, aparte del esfuerzo humano, que es necesario y loable, hay un Poder Superior que se manifiesta, un plan supremo que se está cumpliendo. Y por ello, es muy importante saber cuál es la situación humana actual, quiénes gobiernan, cómo piensan, cuáles son las tendencias de todo tipo que hay en el escenario humano. Esto es muy importante, y mucho más conocer cuál es el plan superior que se cumple indefectiblemente. Le voy a dar un ejemplo, cuando usted va a ver una obra de teatro, no percibe de golpe todo el argumento, ve la situación que se está produciendo en ese momento, entre actores concretos. Al autor tampoco lo ve, sólo lo que se mueve sobre el escenario. Observa que cada actor tiene su característica, tiene unas posibilidades dentro del argumento, y las desarrolla. Pero es evidente que lo que usted ve en ese momento son esos actores, con todas sus posibilidades, pero no conoce la totalidad de la trama. El que la conoce es el autor de la obra, y es muy importante para que usted deguste la obra haber presenciado toda la trama. Aunque si usted puede imaginarla, también le va a resultar muy satisfactorio haber presentido todos los hechos, y luego verlos y descubrirlos. En ello reside la genialidad del autor, en permitirnos descubrir lo que va a suceder, y en enseñarnos a través de ello. Es así como vemos la historia nosotros.

-¿En ello se descubre la predestinación?

-Hay una parte predestinada, como en la vida individual, y hay una parte de libre opción. En la historia se va cumpliendo un ciclo, como se cumple un día en los diversos momentos, y hay épocas de oscuridad, como la nuestra.

En cuanto a la vida humana individual, tenemos varios hechos, el nacimiento y la muerte, por ejemplo, que son dos momentos culminantes que nosotros no predeterminamos. Y existen otros aspectos que podemos descubrir como predeterminados, y como sirviendo de estructura de todo el resto.

En la historia también se cumple un ciclo, y hay un gran ciclo de la humanidad, que en las doctrinas profundas del Islam se considera, según algunos, que se cumple cada seiscientos mil años. Entonces se produce un gran cataclismo, y desaparece ese mundo. En esos seiscientos mil años se cumple toda la historia humana, y cuando está por terminar ese periodo se produce la época de mayor oscuridad, y de mayor decadencia, como en la época actual. Existen muchas cosas que podrían decirse al respecto, pero que ahora no nos es posible, porque alargarían mucho nuestro encuentro de hoy.

-¿La letra en árabe simboliza la barca de Noé?

-Si, o la Misericordia de Dios que es absoluta, todos caben en ella. Pero eso también depende de la capacidad del que quiera entrar en esa barca. Uno debe desarrollar una determinada capacidad, debe realizar un determinado trabajo espiritual que lo dirija hacia la barca, de lo contrario, se aleja de ella.

Para contestarle deseo referirme a las historia de Noé y de Lot. Noé vivió 950 años, seiscientos de los cuales fue Profeta y se dirigió al pueblo. Sin embargo, tuvo sólo tres discípulos, un promedio de un discípulo cada doscientos años. Sus últimos años los dedicó a advertir a la gente sobre el diluvio. La gente lo veía construir la barca en medio de la tierra, lejos del mar y de los ríos, y por ello se burlaban de él, lo insultaban, etc. El tenía una familia a la que educaba en su doctrina, pero en el momento de la crisis, cuando vino el diluvio, subió con los miembros de su familia y sus discípulos a la barca, excepto su hijo. Sin embargo había educado a su hijo con esmero, pero este le contestó: "No voy contigo. Me salvaré subiendo a la cumbre de una gran montaña, donde estaré a salvo". Y era su propio hijo. Por su parte la esposa de Lot, la esposa de un Profeta, de un sabio, no lo siguió porque estaba integrada al modo de vida corrupto de su pueblo. Ahora bien, usted se pregunta: esa gente con toda la advertencia, con todo el trabajo por parte de un Profeta, con ellos sea la Paz, o de un hombre sabio, y lo que este le demuestra, ¿por qué no le hacen caso? Usted puede salir hoy a la calle y poner un altoparlante, si es que lo desea, y se va a dar cuenta de lo absurdo que es el pensamiento de la gente. Puede proclamar: "Hay tantas bombas atómicas como para hacer volar 15.000 planetas como el nuestro, existe una polución peligrosa del ambiente", esto y lo otro, y enumera todos los problemas concretos que existen en la actualidad. ¿Usted cree que la gente le va a hacer caso, se va a interesar por lo que usted diga? Ni para pensarlo lo quieren. Están viviendo el momento fugaz, integrados a un modo de vida corrupto. No digo que sean malas personas, lo corrupto de su modo de vida es que están desvinculados de Dios, están dormidos. Su vida es verdaderamente trágica, realmente una mala vida, la angustia los acosa. ¡Fíjense lo que pasa en la Argentina, donde a veces nos cuesta entender las cosas a pesar de que las vivimos todos los días! Es como cuando nos despertamos de dormir habiendo soñado algo que olvidamos en seguida. De la misma manera nos olvidamos de las cosas esenciales para nuestra vida, y el mayor de los olvidos es el olvido de Dios. El hombre vive olvidado de Dios, que es el más profundo de los olvidos, y ello constituye la causa de todos los males.

Decía que en la Argentina tenemos muchas pruebas de cómo la integración a un modo de vida materialista, artificial, produce muchos males, porque todos los problemas económicos, políticos, todo lo que hemos vivido como la guerrilla y Malvinas, es debido a nuestras culpas, debido al robo, por ejemplo. En el mismo momento que se estaban matando a nuestros chicos en las Malvinas, estaban todas las radios encendidas por un partido de fútbol... ¿Cómo es posible esa inconsciencia, qué clase de ignorancia la produce? No tienen Misericordia.

Dijo el Profeta Muhammad (BPDyC): "El hombre está dormido, y cuando muere despierta". Hay dos clases de muerte, una a la que él (BPDyC) se refiere cuando dice: "Morid antes de morir", quiere decir, morid para el ego. El ego, es eso que nos atenaza, eso que nos produce la inconsciencia y el olvido, que se constituye en nuestro carcelero verdaderamente. Para eso hay que morir, o mejor, matar al ego para poder vivir antes de la muerte. Esto es muy importante, ¿pero quién se atreve a hacerlo?, hoy ha bajado mucho la calidad humana.

La oración, la meditación y un modo de vida sagrado, dentro de una tradición, son el remedio verdadero, para esa causa que es el olvido de Dios. ¿Qué hace la oración? recuerda, ¿qué hace la meditación verdadera? recuerda. ¿Qué hace el modo de vida, en cada uno de los actos?, recuerda. ¿A Quien nos recuerda cada una de esas cosas? a Dios, al Principio de todas las cosas, porque a través de ellas estamos amparados por El. viviendo a Su luz, y en cada momento tomamos conciencia de El.

¿Qué es el Recuerdo? ¿es la simple memoria de algo? El Recuerdo es amor, re-cordar significa "retornar el corazón". Inclusive, si alguien se enamora de una persona, un hombre de una mujer o una mujer de un hombre, ese es un fenómeno del recuerdo, porque cuando se deja de recordar se produce un enfriamiento. A veces alguien no quiere recordar ya, de tanto que recordó.

-¿Uno puede recordarse a sí mismo?

-Cuando usted se recuerda, recuerda a Dios, si recuerda verdaderamente. Pero tiene tantos aspectos el recordarse a sí mismo... Algunos se recuerdan, para ser más concretos, toman conciencia de sí mismos respecto de la economía o del fútbol. Si usted quiere recordar o tomar conciencia de verdad, que es lo mismo, tiene que recordar y tomar conciencia de la Verdad, y la Verdad es El. Es posible que alguien diga: "Me voy a recordar porque me olvidé de mí mismo", y quizás salga pensando en el fútbol, o en el juego, o en el sexo, y cuando más conciencia tiene es en el café, cuando está charlando con los amigos sobre eso, y cuando más goza de la vida es cuando está hablando del fútbol, del juego o del sexo, o de otras cosas peores.

Recordar es concentrarse, la base del recuerdo es la concentración. ¿Qué significa concentrarse? estar en el centro, centralizado, y ¿quién está en el centro? Si estoy pensando en el fútbol, en la comida, o en cualquier otra cosa, no estoy en el centro, estoy en la periferia. En el Centro solamente está Dios, la Presencia divina, y porque el hombre es reflejo de Dios, él en su centro tiene lo divino. Para saber esto debe descubrir su corazón, su centro. Por eso el Profeta (BPDyC) dijo; "Quién a sí mismo se conoce, conoce a su Señor". Quien se conoce a sí mismo, se recuerda a sí mismo, toma conciencia de sí mismo, y conoce a Dios. Fuera de eso hay vanidad, pura vanidad.

Recuerden al Señor que está presente en cada uno de los corazones, cuando se purifica. Dice el Sagrado Corán que Abraham (P) llegó a su Señor con un corazón purificado, y lo llama "el íntimo de Dios", es decir, el que tiene a Dios en su intimidad y Dios lo tiene a él en la intimidad. Para llegar a la intimidad con el Señor, como llegó Moisés (P), en su diálogo con el Señor, o Muhammad (BPDyC) en el diálogo con Dios, en la ascensión a los cielos, la condición previa es la purificación. Hay una purificación externa de los medios, los muchos medios de la vida. Todo en la vida es medio, hasta el cuerpo es un medio para el hombre. Y hay una purificación interna, de la intención, que se produce a través de la concentración, de la sinceridad. Concentración y sinceridad, no dispersión, eso produce la higiene interna, la purificación del corazón. Hay que empezar por allí, no mentirse ni mentir a los otros, no oprimirse ni oprimir a los otros. entonces se va a producir la purificación, con otro esfuerzo equivalente y vamos a salir de la crisis verdadera.

Fin

 

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En Sección Tafsir (interpretación Sagrado Corán)

Sura 103 "La Era"