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Correspondencias entre "atención" y "vision", "obediencia" y "corazon", "oir" y "escuchar" en el Sagrado Coran

Prefacio

Existe una correspondencia entre la atención y la visión, en conjunto, y por otra parte la obediencia y el corazón, como segundo conjunto. La atención es como una modalidad de la visión sensible, y la obediencia es como una modalidad de la percepción intelectual del que el Sagrado Corán llama "corazón". Pero ambas parejas dependen de la audición, la atención y visión comprendiendo lo que se dice, la obediencia y corazón poniendo en práctica aquello que se comprende, pues teoría sin práctica es nula en el Din de Allah.
"Oír" (sáma'a) y "escuchar" (istáma'a) no son lo mismo, porque uno es la mera capacidad o posibilidad, "poder oír", y el segundo es el ejercicio concreto de la función, "estar escuchando", que se asocia a "comprender". Pero no es posible comprender sin atender, como no es posible ninguna función de los sentidos físicos sin atender a esa función. Por ejemplo, es posible mirar sin ver (con la "mirada perdida"), pero es necesario atender al mirar para poder ver; es posible oír (un ruido reiterativo) sin escuchar, pero es necesario atender lo que se oye para poder escuchar; es posible oler sin sentir el olor (cuando nos hemos acostumbrado al mismo), pero es necesario atender al olfato para poder sentir el olor, etc.
La audición es la función intelectual más importante en este mundo, cuando se oye y atiende, es decir se comprende intelectualmente, con la imaginación, lo que la palabra dice, su significado. Este es el plano de la conciencia que conoce. Por el contrario, la sordera espiritual equivale a la muerte: Por cierto que Allah hace escuchar a quien Él quiere, pero tú [Profeta] no puedes hacer oír a los que están en las tumbas [los muertos espirituales], tú no eres más que un advertidor (35:22-23).
Por otra parte, es necesario poner en acción lo comprendido de palabra, porque el corazón se compromete con ello. Este último es el plano de la afectividad, sin el compromiso de la cual es imposible el esfuerzo espiritual, que en el Islam se llama hímmah (anhelo espiritual).
También hay un orden de importancia entre la audición, por una parte, la atención-visión, por otra, y por último la obediencia-corazón: Y Allah os extrae del vientre de vuestras madres sin que conozcáis nada, e hizo para vosotros la audición, las visiones [vista, percepción sensorial, e inteligencia], y los corazones [intuición y sentimientos] para que quizás agradezcáis (16:78). La audición es la función principal, a la que sigue en orden de importancia la atención-visión, debido a su condición intelectual, y luego la obediencia-corazón, debido a su condición afectiva y práctica, que es la última que se va completando en el hombre.
Como la audición va unida al habla, el Sagrado Corán califica de "sordos y mudos" a los impíos, cuyos intelectos no disciernen: Las peores bestias para Allah son los sordos, los mudos, los que no disciernen (8:22); y entre ellos los hay que te escuchan, ¿pero tú harás oír [entender] a los sordos aún cuando no comprenden? (10:42). ¿Cuántos Signos hay en los cielos y en la tierra a los que asisten despreciándolos? (12:105).
En definitiva, la audición equivale a atender y comprender el mensaje divino, y poder hablar del mismo, y la sordera espiritual es bestialidad, y su ejemplo es el de los muertos.
Entonces, se completa el cuadro de la correspondencia de los sentidos, en el orden práctico y en el orden espiritual, cuando el Sagrado Corán dice: Por cierto que tú no puedes hacer oír a los muertos, es decir a los muertos espirituales (los zhalimún, los káfirún, inicuos o perversos, e impíos respectivamente) que no comprenden ya los significados, ni puedes hacer oír a los sordos la proclama [el Sagrado Corán] si ellos dan la espalda apartándose, comprenden los significados pero los rechazan (munáfiqun, hipócritas), ni tú eres guía de los ciegos fuera de su desvío, los que no atienden debido a su estado de alucinación (gáfilun, inconscientes o descuidados). Tú sólo puedes hacer oír al que cree en Nuestro signos, los atienden y comprenden, siendo musulmanes [sometidos a Allah] (27:80-81), es decir obedecen a Allah y a Su Mensajero porque están convencidos de corazón.
Por fin, el corazón aparece unido a la intuición de la realidad, a la captación de la verdad, a la sabiduría. El Sagrado Corán utiliza al respecto dos términos qálb (plural qulúb) y fu´ád (plural áf´idah), el primero de ellos aplicable también al corazón carnal en la lengua árabe común, y el segundo solamente al espíritu. Y Él es Quien constituyó para vosotros la audición, la visión y el corazón, ¡cuán poco agradecéis! (23:78); por cierto que en esto hay realmente persuasión para el que posee corazón o escucha atentamente, siendo testigo (50:37); el Espíritu Fiel descendió con él [con el Sagrado Corán] a tu corazón [Muhámmad] para que seas de los advertidores (26:193-194). Más adelante completamos nuestro comentario sobre el significado del corazón en el Sagrado Corán (ver "la realidad del corazón").


La visión y la percepción de la realidad

La visión va unida a la vida psíquica, a la percepción, a los sentidos, y también a la inteligencia en su función práctica, cuando procura lo más conveniente y beneficioso para el individuo. La visión es la buena Guía divina, contraria a la ceguera espiritual: Y entre ellos los hay que te observan, ¿pero tú guiarás a los ciegos aún cuando no vean? (10:43); tú [Profeta] no podrás guiar a los ciegos fuera de su desvío (30:53); di [Profeta]: ¿Acaso se equipararán el ciego y el vidente?, o ¿acaso son equivalentes las tinieblas y la luz? (13:16).
La visión espiritual también es equivalente a la vida, lo contrario a la sordera espiritual, equivalente a la muerte: No se equiparan el ciego y el vidente, tampoco las tinieblas y la Luz, ni la sombra y el caldor, ni se equiparan los vivos y los muertos (35:19-22).
Grandes mercedes manifiesta Allah Exaltado en la existencia de los hombres: Si intentarais contar las mercedes de Allah no podríais censarlas, por cierto que Allah es Indulgentísimo, Misericordiosísimo. Allah conoce cuanto ocultáis y cuanto manifestáis, pero los son invocados fuera de Allah, no crean nada, sino que son creados. Son muertos, no vivos, y ellos no perciben cuando serán resurrectos. Vuestro Divino es un Divino Único, pero los que no creen en el más allá tienen corazones impugnadores y están ensoberbecidos (16:18-22). Realmente hemos dispuesto para el Ardentísimo a muchos genios y humanos, que tienen corazones con los que no disciernen, ojos con los que no contemplan, y oídos con los que no escuchan, ¡éstos son como el ganado, pero aún peor, éstos son los desatentos (inconscientes)! (7:177-179).
fin

 

 

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