El bien y el mal
Por el Sheij Alí Al-Husaini, Director del Centro de Altos Estudios Islámicos, Argentina
Dice el Sagrado Corán: ...Que el aborrecimiento hacia una gente, por haberos vedado llegar al Templo sagrado [cuando el suceso de Hudaibíah, 48:24-25], no os compela a agredirlos [para vengaros], sino que más bien colaborad en la piedad y en la virtud, y no colaboréis en la malignidad y la agresión. Y temed a Allah [a Sus mandatos y prohibiciones], por cierto que Allah es Severísimo en el castigo. (5:2).
Se cuenta en Perlas esparcidas que un compañero del Profeta (BPDyC), llamado Uábisah, narró: "Fui a lo del Mensajero de Allah (BPDyC), pretendiendo no omitir nada que se refiera a la bondad (al-birr), y a la maldad (al-izm), sin dejar de preguntárselo. Y él me dijo: '¡Uábisah!, ¿te informaré yo sobre qué es lo que has venido a preguntar, o bien tú lo preguntarás?'". Es decir, el Profeta (BPDyC) ya sabía por inspiración qué era lo que venía a preguntar. Respondí: "'¡Mensajero de Allah!, infórmame tú'. Dijo: 'Viniste a preguntar por la bondad y la maldad'. Luego el Profeta (BPDyC) juntó tres dedos, comenzando a golpetear con ellos sobre mi pecho, diciendo: '¡Uábisah!, ¡consulta a tu corazón, consulta a tu alma!: La bondad es en lo que el corazón y el alma reposan y se aseguran, y la maldad es lo que perturba el corazón, y se revuelve en el pecho, aún cuando la gente te pida consulta, o responda a tu consulta'". (Tabatabá`i, V, p. 190). Es decir, se presentan estos dos estados en cualquiera, sea su categoría la de sabio o erudito, o la de simple creyente ("te pida consulta, o responda a tu consulta"). Lo que perturba al corazón y se revuelve en el pecho es la maldad, y también la incertidumbre y la duda pertinaz.
En la misma fuente se dice que un hombre preguntó al Profeta (BPDyC) sobre la maldad, y él respondió: "Lo que perturba tu alma, ¡abandónalo!". Preguntó el hombre: "¿Qué es la fe?". Respondió: "El que se disgusta por su maldad, y se alegra por su bondad, tal es creyente (persona de fe)". (Id.).
En la misma fuente, Perlas esparcidas, se narra: "Fue interrogado el Mensajero Muhammad (BPDyC) sobre la bondad y la maldad, y respondió: 'La bondad es el buen carácter [ético], y la maldad es lo que perturba a tu alma, y tú detestas que la gente lo conozca (o contemple) en ti" (Id.).
Dijo el Mensajero de Allah (BPDyC): "¡Auxilia a tu hermano, opresor u oprimido!". Se le preguntó: "¡Mensajero de Allah!, he aquí que auxiliaré al oprimido, pero ¿cómo le auxiliaría si es un opresor?" Respondió: "Es que le obstaculices y le impidas que oprima, tal es su auxilio" (Mujtásar Ibn Kazír, I, p. 478). Es decir, impedir la maldad es una bondad, y también lo es que la bondad sea aceptada por el que oprime, al impedirle oprimir.
Y dijo Muhammad (BPDyC): "El que indica el bien es como el que lo ejecuta" (Id.). Es decir, el que señala o guía hacia el bien, recibe la misma recompensa que su ejecutor. Y dijo: "El que convoca hacia la buena guía obtiene como premio lo mismo que la recompensa de quienes le acatan hasta el Día de la Resurrección, sin que merme de ello nada de sus recompensas. Y el que convoca hacia un error obtiene como perjuicio tanto como los males de quienes lo acatan hasta el Día de la Resurrección, sin que merme de ello nada de sus males". (Id.).
Todas estas tradiciones, sobre la bondad y la maldad, indican el origen de ambas cosas en la interioridad humana, en la conciencia del hombre; segundo, enseñan a captarlo, es decir a ejercer la autoconciencia, la auto percepción o auto observación; tercero, señalan cómo uno podría auxiliar a otro, realizando el bien e impidiendo el mal.
Afirman que toda maldad reside en el carácter ético de la persona, es decir en las acciones que admite, de acuerdo a lo que percibe en su corazón. El carácter ético de la persona es la conciencia de su interioridad, y de allí es de donde surgen los actos exteriores. Pero cuando no se tiene conciencia de la propia maldad, el carácter ético será pésimo. El que tiene conciencia de su maldad o imperfección es creyente, como dice el Profeta (BPDyC). Además, si uno tiene conciencia de su maldad, y la evita en sus actos, perfecciona su carácter ético.
Por último, las tradiciones señalan también las consecuencias del bien y del mal, en el sentido de que no solamente uno goza de la recompensa de las buenas obras, incluso en este mundo, o bien paga las consecuencias de sus malas obras, sino que en ambos casos da a la gente un buen o un mal ejemplo, que ella acepta y adopta para sí. Esto será beneficioso para el que lo instauró, o perjudicial para él, hasta el Día de la Resurrección.
Fe y prácticas
Dice el Sagrado Corán: Pero al que sea impío a la Fe se le habrán frustrado sus obras, y en el más allá será de los perdidosos. (5:5). La Fe y la práctica son distintas, pero deben armonizar, y en lo anterior encontramos hecha la distinción. Porque la impiedad a que se refiere es a las prácticas, y la Fe allí mencionada es la creencia cierta, aceptada, reconocida. Es decir, debe mediar el conocimiento y la aceptación racional y de corazón a una creencia, para que ésta se convierta en Fe. Pero aún más, la Fe es un don de Allah, que está más allá de las convicciones. La convicción es un acto racional del hombre, la Fe es una merced divina, y por lo tanto, no se presenta como el fruto del juicio o razonamiento, cualquiera sea, por parte del hombre.
El sentido de "ser impío a la Fe" es similar al de la perversidad, que significa hacer maldad con conocimiento, a conciencia. Lo mismo que la perversidad, ser impiadoso a la fe es desoírla, ir en contra de ella, aún estando convencido de su veracidad.
Si la "impiedad" es originalmente un "velamiento", la "Fe" originalmente es "desvelamiento", "visión", "conocimiento". Por lo cual, retroceder de la Fe y del conocimiento a la impiedad, es actuar a conciencia del mal, de la perversión, de la degradación que se causa uno a sí mismo.
De Allah sólo proviene el bien, y el mal proviene del ego, de Allah el conocimiento y la Luz, y del ego el mal y la perversidad a conciencia. Esto significa que la Fe es un bien para el hombre, porque es conocimiento y Luz provenientes de Allah, y que todo lo que vaya contra la Fe es perversidad.
La impiedad, como velamiento, es real ignorancia, o ignorancia supina. Significa esto que cuando una persona puede y debe tener determinados conocimientos, y actuar de acuerdo a ellos, actúa por elección de acuerdo a la ignorancia. Pero esto no quita que se pueda caer en ignorancia e impiedad ocasionalmente, o cometer alguna perversidad alguna vez, sin intención de obstinarse, ni perseverar en el mal a conciencia. En tal caso Allah perdona, y entonces a esto no se lo llamará kúfur, impiedad, sino fúsuq, corrupción ocasional.
Hay una expresión del versículo que dice: Pero al que sea impío a la Fe se le habrán frustrado sus obras, y en el más allá será de los perdidosos. "Ser impío a la Fe" significa actuar en contra de ella mientras se la acepta, sea abandonando los deberes de la Fe, o actuando en contra de sus prohibiciones. En esto reside la raíz de la maldad
Dice el Sagrado Corán sobre la impiedad (al-kúfur) u obstinación en el mal: Y si ven el sendero de lo recto no lo adoptan como sendero, pero si ven el sendero del error, lo adoptan como sendero. Tal es porque desmintieron Nuestros Signos [a conciencia de ello], y fueron inconcientes a su respecto. Y a los que desmienten Nuestros Signos, y el encuentro del más allá, sus obras son frustradas. ¿Es que acaso serán recompensados con otra cosa que con lo que obraron? (7:146-147). Y también sobre las obras frustradas, mencionadas en 5:5, agrega el Sagrado Corán: Di [Profeta]: ¿Es que no os anunciaremos a los más perdidosos en cuanto a obras [realizadas]?: Son los que sus esfuerzos fracasan en la vida mundanal, creyendo ellos que obran bien. Tales son los impíos [impugnadores] a los Signos de su Señor, y a Su encuentro, por lo que sus obras son frustradas, y el Día de la Resurrección no les otorgaremos ningún peso (18:105). Es decir, no tendrán ninguna importancia ante Allah, ni tendrán obras de peso que los avale.
fin
Prohibida su reproducción total o parcial sin citar las fuentes: "Centro de Altos Estudios Islámicos" www.senderoislam.net
Suscripciones
La suscripción le permitira realizar consulas y participar en reuniones virtuales con preguntas y respuestas en tiempo real