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la caza en el islam

Por el Sheij Alí Al-Husaini, Director del Centro de Altos Estudios Islámicos, Argentina

Dice el sagrado Corán: Te interrogarán [Profeta] por lo que les está permitido. Responde: "Os están permitidas las bondades [lo que no rechaza el buen sentido, ni está vedado por el Islam], y cuanto cobréis con animales de presa [como perros y aves], adiestrándolos [para la caza, siempre que podáis consagrar lo cazado], a los que enseñaréis lo que Allah os enseña [cómo comportarse con las presas]". ¡Comed, pues, de lo que ellos atrapan para vosotros [aún cuando esté muerto], e invocad el Nombre de Allah sobre ello [al lanzar el animal a cazar, y antes de comer la presa]!, y temed a Allah [obedeciendo Sus mandatos], pues Allah es sin duda Prestísimo en la compulsa [si transgredís os castigará]. (5:4).

Este versículo sobre las licitudes y la caza fue revelado, según una versión, cuando le dijeron al Profeta (BPDyC) que lo que Allah prohíbe es claro, es decir lo mencionado en los versículos uno a tres de la sura quinta: Pero ¿qué es lo que estaba permitido? En el versículo entonces revelado se destaca la racionalidad de las permisiones y de las vedas islámicas. Dice sin restricciones: Os están permitidas las bondades, es decir lo bueno sin atenerse a tabúes, supersticiones, tradiciones infundadas, costumbres ancestrales irracionales, opiniones caprichosas, etc. Y, por principio, todo lo bueno es halal, lícito o permitido.

Que una cosa sea buena para el consumo alimenticio está fundado en la costumbre de los Profetas, con ellos sean la Bendición y la Paz, y sobre todo del Profeta Muhammad (BPDyC). Es decir, lo que él practicó es bueno, y lo que él prohibió o desaconsejó, es pernicioso. Por lo tanto, las bondades a que se refiere el versículo, sean de los bienes del mundo, o de los alimentos, o de las relaciones humanas (porque no hay una restricción concreta sobre a qué bondades se refiere), es aquello que está consagrado por la tradición, y no otra cosa. Sucede en la actualidad que cada cual opina qué es lo bueno, y cada cual sostiene una opinión diferente. Pero lo bueno sólo es aquello indicado por la Sabiduría, y no por la opinión tendenciosa de la gente.

Condiciones de la caza

El versículo menciona a los animales de presa, como las aves de rapiña adiestradas por el hombre para cazar, el halcón y otras, y como los perros de caza, y los felinos. Pero una de las condiciones para que esto sea lícito es, dice el versículo, que se invoque el Nombre de Allah, e invocad el Nombre de Allah sobre ellos. Tal es la condición que hace lícita la caza, y completa el resto de las condiciones de la misma, a saber: Primero, que el animal sea de presa, es decir, de los que pueden adiestrarse para cazar sin consumir para ellos su caza; segundo, que sea adiestrado para no mortificar a la presa, sino para inmolarla, como si fuera el cuchillo del sacrificio, lo cual en ciertos animales es de su proceder natural y espontáneo; tercero, que lo cazado sea lícito para el consumo, según las normas del Islam; cuarto, que se de participación al animal de una parte de la caza; quinto, que se invoque a Allah al lanzar el animal, y antes de consumir la presa; sexto, que la presa se encuentre, o bien viva, en cuyo caso se la sacrificará como es debido, o bien muerta, por el acto de la caza, aún cuando esté comida parcialmente por el animal de presa, siempre y cuando lo hayamos lanzado invocando a Allah, y el animal de caza sea un perro (ver esto más adelante); séptimo, que la caza no sea por deporte o entretenimiento, sino para satisfacer una necesidad. Por eso el versículo dice: Temed a Allah, pues Allah es sin duda Prestísimo en la compulsa. Es decir, si el hombre transgrede las normas del bien, de la ética (y con los animales inclusive hay ética en el Islam), entonces Allah puede castigarlo. Esto supone respetar la naturaleza, no depredarla.

No se debe mortificar a los animales, hacer una gran mortandad por juego, como sucede con la caza deportiva, o depredar para aprovechar solamente algo valioso, como la piel, o los colmillos, o una sustancia excretada por el animal, y luego dejar un tendal de animales muertos (como sucedía en muchos países de América el siglo pasado, que mataban a la vaca suelta en el campo, comían algo de ella, y dejaban todo el resto tirado).

En cierta época la caza era algo muy practicado. Hoy los sistemas de provisión de alimentos están más organizados, y ya la gente de las ciudades no caza por necesidad. Aunque todavía hoy una parte de la humanidad caza en las selvas, en los bosques, en los campos, y si a nosotros nos resulta extraño este asunto no lo es para una parte de la humanidad. El Sagrado Corán no reduce las cuestiones a un solo grupo, o a una sola situación, sino que las situaciones que contempla son normalmente las más generales o universales, que comprenden a la mayor cantidad de grupos humanos.

El Sagrado Corán se refiere exclusivamente a la caza con animales de presa o de caza, pero no, por lo menos en este párrafo, al hecho de cazar con armas, que estaría contemplado en la sura segunda del Sagrado Corán, cuando habla de la Peregrinación, y en algunas tradiciones que citamos luego. Es decir, no está prohibido la utilización de armas para la caza, aunque, hoy por hoy, se podría plantear el tema de qué tipo de armas son lícitas. Porque hay armas muy crueles para cazar, que destrozan al animal, como los grandes fusiles. Habría que reglamentar en el Islam, quizás en la época de la Restauración, el tipo de armas que sirven a la caza, porque algunas son depredadoras. Sería preferible, más que las armas, usar trampas.

Habría, en realidad, tres métodos de caza: En primer lugar, la caza con animales adiestrados, preferible a la caza con animales no adiestrados. Hay dos tipos que se pueden adiestrar y adquirir mucha habilidad en la cazas, el perro y el halcón. El águila es un animal indómito, que no puede ser adiestrado, según creo, para servir a ese propósito. Luego, están los felinos, que no se pueden adiestrar, que se aprovechan para cazar porque ellos lo hacen para sí, pero lo que atrapan sólo es consumible siempre y cuando no esté muerto. Si el felino mató a su presa, no es posible comer de ello, en cambio si el perro mata a la presa, se consume de ello. Incluso, según una tradición, si el halcón mata a la presa no se come de ella, pero sí en el caso del perro. Excepto que haya otro perro no lanzado por nosotros, que se asocia a la presa, en tanto ese otro perro no fue adiestrado, ni, lógicamente, lanzado invocando a Allah. El perro está en la misma condición del cuchillo de sacrificio, con el que queda consagrado el acto cuando se invoca el Nombre divino.

El segundo método de caza es el que utiliza las armas. Pero habría que observar que deberían ser armas que no causen depredación, que no mortifiquen al animal, etc. El tercer método es con trampas, que sería preferible, porque uno toma el animal vivo y lo puede sacrificar. Aunque este método tiene limitaciones, cuando consideramos que no en todos los casos son posibles las trampas, sea por las características del animal, o por las características del terreno.

Tradiciones sobre la caza

En una tradición, un seguidor del Profeta (BPDyC), llamado Adí Ibn Hátim, le dijo con intención de consulta: "¡Mensajero de Allah!, yo lanzo los perros adiestrados, e invoco el Nombre de Allah...". Respondió el Profeta (BPDyC): "Si echas tu perro adiestrado, e invocas el Nombre de Allah [al hacerlo], ¡come de lo que él te cace!". Preguntó el otro: "¿Aun cuando ellos [los perros] la mataran [a la presa]?" Respondió: "Aun cuando la mataran, en tanto no se le asocie otro perro que no sea de ellos [de los de caza], porque tú solamente has invocado para tu perro, no para otro". Le preguntó: "¿Y si lanzo la jabalina para cazar y acierto?". Contestó: "Cuando lanzaras la jabalina y acertaras, ¡cómelo!, pero si fuera que [al animal] lo hirió un accidente, por lo tanto es accidentado, ¡no lo comas!". (Mujtásar Ibn Kazír, I, p. 485). Y en otra tradición expresa el Profeta (BPDyC): "Si lanzas a tu perro, invoca pues el Nombre de Allah. Y si cazara para ti, y tú lo hallaras vivo, ¡inmóladlo! Y si tu lo encuentras muerto, y hubiese [tu perro] comido de ello, ¡cómelo!, pues el perro tomó ya su participación" (Id.).

En Perlas esparcidas, sobre el versículo que dice: Te interrogarán por lo que les está permitido (5:4), se cuenta que el Profeta (BPDyC) envió a Abu Ráfi', doméstico suyo, a matar a los perros, y que los mató, hasta llegar a la región llamada Al-'Auáli. Entonces vino a verlo 'Asim Ibn Adí, Sá'ad Ibn Jáizamah, y 'Auín Ibn Sá'idah, y preguntaron al Profeta (BPDyC): "¿Qué es lo que resulta lícito para nosotros [en cuanto a los perros], Mensajero de Allah?" Y fue revelado ese versículo (Tabatabái, V, p. 209).

En Perlas esparcidas de Abu Ráfi', el doméstico del Profeta (BPDyC), se cuenta que narró: "Vino Gabriel [el Espíritu Santo] a lo del Profeta (BPDyC), y le pidió permiso para ingresar a verlo, y él se lo dio. Pero [Gabriel] se demoraba, por lo cual [el Profeta (BPDyC)] se puso su capa, salió y le dijo: 'Te otorgué permiso...'. Respondió: 'Cierto, pero nosotros no penetramos en casas donde haya perros y figuras (imágenes)'. Entonces [los musulmanes] observaron [en las casas de todos ellos], y he aquí que en algunas había un cachorro. Prosiguió Abu Rafi': 'Entonces me ordenó [el Profeta (BPDyC)] matar a todo perro de Medina, y lo hice. Pero vino la gente y le preguntó: '¡Mensajero de Allah!, ¿qué es lo que nos está permitido de esta especie [animal] que tú nos ordenaste matar?'. Y el Profeta (BPDyC) se calló, pero Allah reveló: Te interrogarán... [5:4]. Entonces el Mensajero de Allah (BPDyC) dijo: 'Si el hombre lanza su perro, invocando el Nombre de Allah, y le capturara algo, que coma de lo que [el perro] no comió'" (Tabatá`i, V, p. 209-210).

Esta tradición no deja de tener sus fallas. Porque si pensamos que el Espíritu Santo (P) iba a penetrar en la casa del Profeta (BPDyC), no tiene sentido de que objetara que algún perro se hallaba en otras casas. En todo caso podía haber recomendado al Profeta (BPDyC) que los musulmanes no tuvieran perros en sus casas, en tanto no lo había en la casa del Profeta (BPDyC). Por otra parte la ilación entre la segunda parte de la tradición, desde donde dice "si el hombre lanza su perro...", hasta el final, no está suficientemente conectada con lo anterior.

También en Perlas esparcidas se cuenta que Asi Ibn Hátim Al-Tá`i vino a lo del Mensajero de Allah (BPDyC), y le preguntó acerca de la caza con perros, sin que el Profeta (BPDyC) pudiera darle una respuesta, hasta que Allah le reveló el versículo de la sura quinta, que dice: Os están permitidas las bondades [lo que no rechaza el buen sentido, ni está vedado por el Islam], y cuanto cobréis con animales de presa [como perros y aves], adiestrándolos [para la caza, siempre que podáis consagrar lo cazado], a los que enseñaréis lo que Allah os enseña [cómo comportarse con las presas]. (Tabatabá`i, V, p. 210). Esta tradición es una más coherente explicación de la causa que motivó la Revelación del versículo.

También en Al-Kafi, del Imam Yá`far Al-Sádiq (P) se narra que dijo respecto del versículo: Y cuanto cobréis con animales de presa [como perros y aves], adiestrándolos [para la caza, siempre que podáis consagrar lo cazado]...: "En el libro de Alí (P) dice: 'Son los perros'". (Id.). Es decir, los animales de presa, allí mencionados, son exclusivamente los perros. Pero como vamos a ver en otras tradiciones, también es posible extender el versículo a los halcones, y a las fieras, como los pumas.

Y también en Al-Kafi del Imam Yá`far Al-Sádiq (P) se cuenta que dijo: "Mi padre dictaminaba con precaución, en tanto nosotros temíamos respecto de la caza con los halcones. Pero hoy no tememos, y no existe nada lícito de su caza si no alcanzas a consagrarlo. Porque en el libro de Alí (P) dice que Allah, Poderoso y Majestuoso, expresa: Y cuanto cobréis con animales de presa [como perros y aves], adiestrándolos [para la caza]... Esto es sólo respecto de los perros". (Id.). No queda claro por qué el Imam Muhammad Al-Báqir debía dictaminar con precaución, sabiendo que en el libro de Alí (P) ya se decía eso.

De Tafsir Al-`Aiiashi, sobre: Y cuanto cobréis con animales de presa..., expresó el Imam Yá`far Al-Sádiq (P): "No hay dificultad en comer de lo que captura el perro, aquello [el trozo] que el perro no comió, puesto que de aquello que comió el perro, antes de alcanzarlo tú, de ello no comas ". (Id.)

También en Al-Kafi, de parte del Imam Yá`far Al-Sádiq (P), se dice que Abu Bakir Al-Hádrami, uno de sus discípulos, contó: "Le pregunté acerca de la caza de los halcones, los felinos, y los perros: Respondió: '¡No comáis sino lo que lleguéis a consagrar, excepto de los perros!' Le pregunté: '¿Si el perro hubiese matado a la presa?'. Respondió: '¡Come [de ello]!, porque Allah verdaderamente dice: Y cuanto cobréis con animales de presa, adiestrándolos, a los que enseñaréis lo que Allah os enseña. ¡Comed pues de lo que ellos atrapan para vosotros, e invocad el Nombre de Allah sobre ello!' Luego agregó el Imam (P): 'Todo lo que las fieras capturan de la caza lo hacen para sí mismos, excepto los perros adiestrados, porque ellos atrapan para su dueño'. Y dijo: 'Cuando lances al perro invoca el Nombre de Allah al hacerlo, tal es su consagración'". (Tabatabá`i, V, pp. 209-210).

Es decir, al lanzar a los perros se debe invocar "Bismillahir-Rahmanir-Rahim", y también al comer de lo que ellos tomaron, aunque hayan comido una parte. Aunque, como única excepción, si otro perro, que no ha sido adiestrado, ni lanzado, se asocia a comer de la presa del perro de caza, no debemos consumir de ello.

En Tafsir Al-`Aiiashi también del Imam Yá`far Al-Sádiq (P) se refiere al hombre que lanza al perro adiestrado, e invoca el Nombre de Allah cuando lo hace, explicándole el Imam (P) a un discípulo suyo: "Que coma de lo que atrapa, aún cuando el perro lo haya alcanzado y matado. Pero si halla junto a él a un perro no adiestrado, que no coma de ello". Pregunté, dice el discípulo, por los halcones y las águilas. Respondió: "Si llegas a consagrarlo come de ello, y si no alcanzas a hacerlo, no comas". Preguntó el discípulo: "¿Las panteras no están en la categoría de los perros?". Respondió: "No, porque no puede ser adiestrado [para la caza] más que el perro". (Tabatabá`i, V, p. 210).

fin

 

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